20/08/2015, 09:37
Mientras el joven seguía con la mirada concentrada, la figura que se acercaba iba tomando forma, se empezaba a asimilar a una persona de mediana estatura, portando un sombrero de paja y vestía completamente de negro, eso, o al menos a simple vista era lo que llegaba a denotar. «Sera él? » volvió a auto-cuestionarse el shinobi, que ya casi ni sabía que esperar o que esperaba en ese punto.
Hasta que un grito irrumpió en la serenata de la lluvia que caía y con su intensidad hizo volar a los pájaros más asustadizos que se encontraban cercanos a la zona, en un revoloteo alarmado, se llevaron por delante algunas ramas, mientras buscaban una salida hacia arriba del lugar donde retozaban.
“¡Eh! ¡Tú! ¿Por qué me has llamado aquí? ¿Qué no podía sermm mmsmdmoounn?”
Fue lo que pudo escuchar Ichiro mientras forzaba la cara con muecas tratando de oír la frase entera, pero sus esfuerzos fueron inútiles ya que no había entendido el final de la oración, claramente el nuevo personaje de la escena se había equivocado y confundido a Ichiro con quizá, la misma persona que él estaba esperando, eso lo dejaba en la misma situación del shinobi, así que bajo un poco la guardia, bajo la tensión de si cuerpo y aliviano su brazos, mientras movía su cabeza de lado a lado, tocando sus orejas con sus hombros, logrando así tronar su cuello.
Mientras suspiraba, se preparaba para contestar el grito a medias oído cuando fue interrumpido de nuevo. Una segunda voz, que sin descifrar lo que había dicho le llamo la atención, confirmando así, de que se encontraba una segunda persona en el lugar. – HEY! ACÉRQUENSE, A MI TAMBIÉN ME LLAMARON. – Respondió el joven, con un grito bastante alto como para el que estaba acostumbrado a usar, otra ráfaga de pájaros aterrorizados hicieron un coro cuando batieron sus alas alejándose del lugar. Luego de unos segundos se despegó unos cinco pasos del poste, en dirección de las personas que habían llegado. Siendo más los involucrados, podría conseguir información o tratar de descifrar lo que estaba pasando. Así que tres personas en un mismo sitio, con qué sentido…
- Parecen un poco más hiperactivos de lo normal, ¿no lo crees?
Una voz ronca y seca que demostraban varios años de ser usada, se exclamo. Una cabellera totalmente blanca de canas, atada como la tradicional estilo samurái dejando una cola de caballo a media espalda, unos crecimientos que eran largos, pero no llegaban al elástico caían sobre su rostro del lado izquierdo. Su ceño fruncido, mientras que sus ojos negros como el carbón observan todo lo que los niños estaban haciendo en aquel lugar, arrugas en su frente y debajo de los parpados junto con una barba lacia de unos cuantos centímetros de su pera demostraban su longevidad.
Usaba unas caravanas del tamaño de una moneda color oro colgando de sus orejas. Su vestimenta era simple, un traje entero todo negro. De su lado izquierdo una especie de tela le recubría el torso, y finalmente, las tradicionales botas tabi, que estaba usando para mantenerse en total equilibrio sobre aquel poste a unos cuantos metros de altura.De protección, unas especies de placas blancas en su hombro izquierdo, unas cintas cruzadas en sus ante brazos y una espada, que trazaba una diagonal en la espalda, era todo lo que poseía el viejo jounin.
Mientras era espectador de las acciones de los ninjas que se encontraban abajo, Sin lugar a dudas era él el que los había hecho llamar, hace mucho tiempo, desde la finalizacíón de los exámenes, el viejo maestro había venido seleccionando a sus próximos discípulos y al parecer los había encontrado. Aunque no obstante el espectáculo no iba a brindar mucho más que eso, decidió a esperar que los estudiantes se encontraran y aprender un poco más de ellos, para luego así, entrar en escena.
- Sisisisis, Claro que si Senpai, claro que si! me muero por jugar con ellos.
Una voz, bastante nerviosa, aunque llena de energía, le contesto al maestro desde su espalda.
Hasta que un grito irrumpió en la serenata de la lluvia que caía y con su intensidad hizo volar a los pájaros más asustadizos que se encontraban cercanos a la zona, en un revoloteo alarmado, se llevaron por delante algunas ramas, mientras buscaban una salida hacia arriba del lugar donde retozaban.
“¡Eh! ¡Tú! ¿Por qué me has llamado aquí? ¿Qué no podía sermm mmsmdmoounn?”
Fue lo que pudo escuchar Ichiro mientras forzaba la cara con muecas tratando de oír la frase entera, pero sus esfuerzos fueron inútiles ya que no había entendido el final de la oración, claramente el nuevo personaje de la escena se había equivocado y confundido a Ichiro con quizá, la misma persona que él estaba esperando, eso lo dejaba en la misma situación del shinobi, así que bajo un poco la guardia, bajo la tensión de si cuerpo y aliviano su brazos, mientras movía su cabeza de lado a lado, tocando sus orejas con sus hombros, logrando así tronar su cuello.
Mientras suspiraba, se preparaba para contestar el grito a medias oído cuando fue interrumpido de nuevo. Una segunda voz, que sin descifrar lo que había dicho le llamo la atención, confirmando así, de que se encontraba una segunda persona en el lugar. – HEY! ACÉRQUENSE, A MI TAMBIÉN ME LLAMARON. – Respondió el joven, con un grito bastante alto como para el que estaba acostumbrado a usar, otra ráfaga de pájaros aterrorizados hicieron un coro cuando batieron sus alas alejándose del lugar. Luego de unos segundos se despegó unos cinco pasos del poste, en dirección de las personas que habían llegado. Siendo más los involucrados, podría conseguir información o tratar de descifrar lo que estaba pasando. Así que tres personas en un mismo sitio, con qué sentido…
- ¿Quien es Hentto? -
- Parecen un poco más hiperactivos de lo normal, ¿no lo crees?
Una voz ronca y seca que demostraban varios años de ser usada, se exclamo. Una cabellera totalmente blanca de canas, atada como la tradicional estilo samurái dejando una cola de caballo a media espalda, unos crecimientos que eran largos, pero no llegaban al elástico caían sobre su rostro del lado izquierdo. Su ceño fruncido, mientras que sus ojos negros como el carbón observan todo lo que los niños estaban haciendo en aquel lugar, arrugas en su frente y debajo de los parpados junto con una barba lacia de unos cuantos centímetros de su pera demostraban su longevidad.
Usaba unas caravanas del tamaño de una moneda color oro colgando de sus orejas. Su vestimenta era simple, un traje entero todo negro. De su lado izquierdo una especie de tela le recubría el torso, y finalmente, las tradicionales botas tabi, que estaba usando para mantenerse en total equilibrio sobre aquel poste a unos cuantos metros de altura.De protección, unas especies de placas blancas en su hombro izquierdo, unas cintas cruzadas en sus ante brazos y una espada, que trazaba una diagonal en la espalda, era todo lo que poseía el viejo jounin.
Mientras era espectador de las acciones de los ninjas que se encontraban abajo, Sin lugar a dudas era él el que los había hecho llamar, hace mucho tiempo, desde la finalizacíón de los exámenes, el viejo maestro había venido seleccionando a sus próximos discípulos y al parecer los había encontrado. Aunque no obstante el espectáculo no iba a brindar mucho más que eso, decidió a esperar que los estudiantes se encontraran y aprender un poco más de ellos, para luego así, entrar en escena.
- Sisisisis, Claro que si Senpai, claro que si! me muero por jugar con ellos.
Una voz, bastante nerviosa, aunque llena de energía, le contesto al maestro desde su espalda.