28/02/2018, 08:34
Daruu se quedó a medio camino de Kaido y de su cama. Quieto, notó como un calor y una tensión crecientes subían desde la punta de sus dedos hasta su cabeza. Apretó los dos puños muy fuerte, y sintió la imperiosa necesidad de lanzarse hacia Kaido, agarrarle la cabeza y estampársela contra la pared más cercana.
Por eso, dio un largo y tendido suspiro, movió los dedos de las manos y los sacudió, y cuando finalmente habló, sin mirarle, sólo dijo:
—Sí, es mi pareja. —Su voz no tenía un tono claro, como una nota del espectro agudo de un xilófono—. Voy a darme una ducha antes de la cena.
Caminó hacia el cuarto de baño sin dirigirle una sola mirada, no fuera a ser que ver esa sonrisa de dientes afilados le diera ganas de nuevo de partírsela.
Por eso, dio un largo y tendido suspiro, movió los dedos de las manos y los sacudió, y cuando finalmente habló, sin mirarle, sólo dijo:
—Sí, es mi pareja. —Su voz no tenía un tono claro, como una nota del espectro agudo de un xilófono—. Voy a darme una ducha antes de la cena.
Caminó hacia el cuarto de baño sin dirigirle una sola mirada, no fuera a ser que ver esa sonrisa de dientes afilados le diera ganas de nuevo de partírsela.