1/03/2018, 12:46
—No, no, no —negó categóricamente Akame, con voz queda—. Una nueva forma. Un poder totalmente superior al Tres Aspas en todos los sentidos... El poder de un dios.
Para cualquier observador podía parecer que el Uchiha estaba, sin más, volviendo a emocionarse y a desbarrar sobre las gestas y la gloria perdida de su clan —uno de sus temas favoritos de conversación—. Pero no era así. Akame realmente estaba hablando con conocimiento de causa, con información que manejaba a ciencia cierta y que —un tiempo después lo comprobaría de primera mano gracias a Raito-sensei—, se correspondía con la realidad.
—Su nombre es... Mangekyō Sharingan.
Calló, dejando que aquellas palabras tomaran el control de la situación. Tras un prolongado silencio, Akame volvió a hablar.
—Una forma avanzada de nuestro Kekkei Genkai que sólo contados miembros del clan a lo largo de la historia han sido capaces de despertar y dominar —explicó—. Un Sharingan cuyos poderes van mucho más allá de lo que conocemos.
Sólo entonces alzó la mirada y, acercándose a Datsue, compuso una mueca de total vehemencia.
—¿Te das cuenta? Semejante poder... Con él podríamos adelantar a cualquier otro ninja de Uzushiogakure no Sato. ¡Qué digo! ¡De cualquiera de las Tres Grandes Aldeas! —aseguró, con los ojos fuera de las órbitas—. ¡Y está aquí! —agregó, señalándose la sien con el dedo índice—. Dentro de nosotros, esperando a que lo tomemos, ¡porque nos pertenece por derecho de sangre!
Para cualquier observador podía parecer que el Uchiha estaba, sin más, volviendo a emocionarse y a desbarrar sobre las gestas y la gloria perdida de su clan —uno de sus temas favoritos de conversación—. Pero no era así. Akame realmente estaba hablando con conocimiento de causa, con información que manejaba a ciencia cierta y que —un tiempo después lo comprobaría de primera mano gracias a Raito-sensei—, se correspondía con la realidad.
—Su nombre es... Mangekyō Sharingan.
Calló, dejando que aquellas palabras tomaran el control de la situación. Tras un prolongado silencio, Akame volvió a hablar.
—Una forma avanzada de nuestro Kekkei Genkai que sólo contados miembros del clan a lo largo de la historia han sido capaces de despertar y dominar —explicó—. Un Sharingan cuyos poderes van mucho más allá de lo que conocemos.
Sólo entonces alzó la mirada y, acercándose a Datsue, compuso una mueca de total vehemencia.
—¿Te das cuenta? Semejante poder... Con él podríamos adelantar a cualquier otro ninja de Uzushiogakure no Sato. ¡Qué digo! ¡De cualquiera de las Tres Grandes Aldeas! —aseguró, con los ojos fuera de las órbitas—. ¡Y está aquí! —agregó, señalándose la sien con el dedo índice—. Dentro de nosotros, esperando a que lo tomemos, ¡porque nos pertenece por derecho de sangre!