1/03/2018, 17:37
Akame agachó la mirada.
—Sí, sí, vale... —murmuró, y aunque efectivamente estaba contestando a Datsue, más parecía que aquellas palabras eran pensamientos en voz alta. Entonces cayó en la cuenta de algo, y volvió a mirar a su Hermano del Desierto—. Pero... ¿Raito-sensei lo sabía? ¿Se lo dijiste?
Las preguntas vinieron una detrás de la otra. El Uchiha enarcó una ceja, pero no dijo nada. Luego Datsue sacó a colación otro tema, uno que Akame ni siquiera se había parado a pensar. «El entierro...»
Sintió una punzada helada de color en el pecho. Apretó los puños y bajó la mirada, presa de un repentino tembleque.
—Yo... No... Yo no voy...
—Sí, sí, vale... —murmuró, y aunque efectivamente estaba contestando a Datsue, más parecía que aquellas palabras eran pensamientos en voz alta. Entonces cayó en la cuenta de algo, y volvió a mirar a su Hermano del Desierto—. Pero... ¿Raito-sensei lo sabía? ¿Se lo dijiste?
Las preguntas vinieron una detrás de la otra. El Uchiha enarcó una ceja, pero no dijo nada. Luego Datsue sacó a colación otro tema, uno que Akame ni siquiera se había parado a pensar. «El entierro...»
Sintió una punzada helada de color en el pecho. Apretó los puños y bajó la mirada, presa de un repentino tembleque.
—Yo... No... Yo no voy...