3/03/2018, 16:07
—Datsue, Ayame, Datsue —la corrigió él—. Con dé de Daruu.
—¿Conoces a Da...? ¡Ah, es cierto! ¡Luchásteis juntos en el torneo! —exclamó ella, dándose una palmada en la frente—. Perdona, soy un desastre para recordar nombres...
«Pero con esa regla será más fácil hacerlo.» Añadió para sus adentros.
Fuera como fuera, cuando Ayame hizo su pregunta el Uchiha pareció dudar durante un instante. Abrió la boca, pero aún tardó unos breves segundos en responder:
—Pues esto y lo otro, ya sabes… —dijo, ambiguo—. ¿Tú?
Ella se sonrió.
—Pues también un poco de esto y lo otro. Ya sabes —respondió divertida, siguiéndole el juego, antes de volver a llevarse la pajita a los labios y apurar el vaso con unos últimos sorbos.
—Oye, ¿tienes un momento para hablar? —añadió Datsue, y Ayame le miró con atención y curiosidad contenida—. Ya que el destino ha querido que nuestros caminos se cruzasen, me gustaría aprovechar para preguntarte algo. Algo importante.
Ella ladeó la cabeza, sin despegar sus ojos del Uchiha mientras aquel parecía buscar algo con la mirada. Quizás, supuso Ayame, un lugar privado donde hablar. ¿Pero qué podía querer de ella? Algo importante, había dicho, pero ellos apenas se habían visto un par de veces, y tampoco habían charlado demasiado como para considerarse siquiera conocidos.
—Claro —respondió, con un leve asentimiento de cabeza—. Hace unos minutos vi una especie de plaza por ahí arriba —sugirió, girando la cabeza y señalando con su dedo índice una plataforma que quedaba por encima de sus cabezas y se extendía alrededor del mismo tronco del árbol, conectada a otras plataformas más por medio de puentes como el que se encontraban en aquel mismo momento—. Si quieres podemos hablar allí.
—¿Conoces a Da...? ¡Ah, es cierto! ¡Luchásteis juntos en el torneo! —exclamó ella, dándose una palmada en la frente—. Perdona, soy un desastre para recordar nombres...
«Pero con esa regla será más fácil hacerlo.» Añadió para sus adentros.
Fuera como fuera, cuando Ayame hizo su pregunta el Uchiha pareció dudar durante un instante. Abrió la boca, pero aún tardó unos breves segundos en responder:
—Pues esto y lo otro, ya sabes… —dijo, ambiguo—. ¿Tú?
Ella se sonrió.
—Pues también un poco de esto y lo otro. Ya sabes —respondió divertida, siguiéndole el juego, antes de volver a llevarse la pajita a los labios y apurar el vaso con unos últimos sorbos.
—Oye, ¿tienes un momento para hablar? —añadió Datsue, y Ayame le miró con atención y curiosidad contenida—. Ya que el destino ha querido que nuestros caminos se cruzasen, me gustaría aprovechar para preguntarte algo. Algo importante.
Ella ladeó la cabeza, sin despegar sus ojos del Uchiha mientras aquel parecía buscar algo con la mirada. Quizás, supuso Ayame, un lugar privado donde hablar. ¿Pero qué podía querer de ella? Algo importante, había dicho, pero ellos apenas se habían visto un par de veces, y tampoco habían charlado demasiado como para considerarse siquiera conocidos.
—Claro —respondió, con un leve asentimiento de cabeza—. Hace unos minutos vi una especie de plaza por ahí arriba —sugirió, girando la cabeza y señalando con su dedo índice una plataforma que quedaba por encima de sus cabezas y se extendía alrededor del mismo tronco del árbol, conectada a otras plataformas más por medio de puentes como el que se encontraban en aquel mismo momento—. Si quieres podemos hablar allí.