4/03/2018, 22:38
El bandido se había lanzado con todo su ímpetu a por el shinobi y Riko, en un alarde de valentía, no había retrocedido ni un centímetro. Sino que había aprovechado todo su tiempo en ejecutar una técnica para detener a su rival. Sin embargo, en ese tiempo el hombre ya se había desplazado hasta una distancia suficiente como para rebanarle el pecho.
Y así lo hizo. Un movimiento horizontal de la hoja de metal carcomido le abrió una herida en el pecho de un lado a otro. La herida no era profunda pero era grande y esta vez no se había librado de la brutalidad de un arma tan poco afilada. Entre la sangre y el dolor, su capacidad de mantenerse en combate había disminuido dramáticamente.
Pero su enemigo no parecía tener ganas de mostrar compasión, aún con los pies clavados en el suelo se dispuso a lanzar otro ataque con su espada teñida de carmesí. Volvió a dirigirse a por el hombro del shinobi, con un aura que dejaba clara su intención de arrancarle el brazo aún con un arma que ni pincha ni corta, solo despedaza.
Y así lo hizo. Un movimiento horizontal de la hoja de metal carcomido le abrió una herida en el pecho de un lado a otro. La herida no era profunda pero era grande y esta vez no se había librado de la brutalidad de un arma tan poco afilada. Entre la sangre y el dolor, su capacidad de mantenerse en combate había disminuido dramáticamente.
Pero su enemigo no parecía tener ganas de mostrar compasión, aún con los pies clavados en el suelo se dispuso a lanzar otro ataque con su espada teñida de carmesí. Volvió a dirigirse a por el hombro del shinobi, con un aura que dejaba clara su intención de arrancarle el brazo aún con un arma que ni pincha ni corta, solo despedaza.