7/03/2018, 01:24
En un momento dado, el ejercito que nos rodeaba de detuvo, teníamos aún varios metros de separación y pude percibir como se mofaban de satisfacción por saber que tenían a su presa acorralada, parecía que saboreaban una victoria segura. Mire a mi alrededor y lo único que podía observar era una hilera de cadáveres a nuestro alrededor, y entre ellos la figura de los tres guerreros nativos.
—Se han detenido — Dijo alguien de la multitud, mencionó lo evidente.
Sin embargo, aquello no me hacía sentir más seguro, y los aldeanos parecían congeniar conmigo porque lo más indefensos se acurrucaron dentro de una barrera humana que habíamos hecho, sin ponernos de acuerdo, aquellos que haríamos frente a la batalla.
—Nuestra única esperanza es que desde el interior estén haciendo algo al respecto.— Murmuré para que solamente Koutetsu me escuchase. Esta vez no teníamos aceite, no había brea ni nada que se le pareciera, estabamos en un terreno favorable para nuestros opresores, y lo peor era que con el pasar del tiempo el ejercito parecía crecer en multitud, se veían muchos, pero no muy fuertes, no sabía sí realmente era así o simplemente era parte de mi optimismo.
—Ahí vienen!— Vociferé anunciando que la batalla daría inicio. Los muertos vivientes empezaron con un movimiento lento pero que fue ganando potencia con el pasar de los segundos; no había tiempo para planes, no había tiempo para pensar sí en el interior nos ayudarían, estábamos prácticamente solos, a su merced; ahora lo que teníamos que hacer era sobrevivir.
—Suiton: Mizurappa!!— No dudé en escupir una ola de agua hacia mis rivales, después de todo un ataque en área como ese sería bastante eficaz en multitudes como esa, pero no era incierto cuanto tiempo podría mantener el uso de técnicas; es por ello que trataba de administrar mis ataques y variarlos entre ninjutsu y taijutsu básico.
—Se han detenido — Dijo alguien de la multitud, mencionó lo evidente.
Sin embargo, aquello no me hacía sentir más seguro, y los aldeanos parecían congeniar conmigo porque lo más indefensos se acurrucaron dentro de una barrera humana que habíamos hecho, sin ponernos de acuerdo, aquellos que haríamos frente a la batalla.
—Nuestra única esperanza es que desde el interior estén haciendo algo al respecto.— Murmuré para que solamente Koutetsu me escuchase. Esta vez no teníamos aceite, no había brea ni nada que se le pareciera, estabamos en un terreno favorable para nuestros opresores, y lo peor era que con el pasar del tiempo el ejercito parecía crecer en multitud, se veían muchos, pero no muy fuertes, no sabía sí realmente era así o simplemente era parte de mi optimismo.
—Ahí vienen!— Vociferé anunciando que la batalla daría inicio. Los muertos vivientes empezaron con un movimiento lento pero que fue ganando potencia con el pasar de los segundos; no había tiempo para planes, no había tiempo para pensar sí en el interior nos ayudarían, estábamos prácticamente solos, a su merced; ahora lo que teníamos que hacer era sobrevivir.
—Suiton: Mizurappa!!— No dudé en escupir una ola de agua hacia mis rivales, después de todo un ataque en área como ese sería bastante eficaz en multitudes como esa, pero no era incierto cuanto tiempo podría mantener el uso de técnicas; es por ello que trataba de administrar mis ataques y variarlos entre ninjutsu y taijutsu básico.