9/03/2018, 00:43
Obviamente, la excusa que presentó el Inuzuka no era de las mas elaboradas que se pudiesen presentar, de hecho era absurda e incomprensible. La cuervo, indignada como ella sola, no dudó un solo segundo en reprocharle la barbaridad que había soltado, como era de esperar. Ante todo, no titubeó en alagarse a sí misma, y a sus preciosas plumas negras. Para ella, no había manera de confundirla con un loro.
Al menos la cosa no fue a mas tras la disculpa, así como la reverencia. Al menos no por el momento. Tras ello, su compañero canino decidió reprocharle su poco control, cosa que sonaba hasta ridículo proviniendo de un animal, por mucho que lo tratase como un hermano. Para colmo, el tipo largo hizo equipo con su can, afirmando que debía ser menos impulsivo.
El chico no pudo ocultar su mueca de indignación, traicionado por su mejor y único amigo. Lo del otro le importaba bien poco, pero Akane... ¿cómo había podido esa mala bestia?
—Maldito, eres mas traicionero que un gato... —recriminó a su copia.
Y sin pensarlo dos veces, agarró su dedo corazón con el pulgar a la par que estiraba el resto, y en un fugaz movimiento lo lanzaba hacia la frente de su propia imagen asalvajada. Con la aproximación, soltó el dedo, liberándolo en un rápido y certero golpe en la frente del otro Etsu.
Con el mismo impacto, la técnica quedó liberada, y su gemelo desapareció en una leve nube de humo, que dio lugar a un huskie que miraba con desdén a su dueño. El can parecía estar en desacuerdo con la reprimenda, así al menos lo mostraba su mirada.
—¡Jumph!
No, al menos por el momento no iba a haber tregua, al menos estaría enfadado por... ¿3 minutos?
—No soy impulsivo —negó de nuevo.
La indiferencia y desdén de la mirada de Akane eran casi indignantes.
Al menos la cosa no fue a mas tras la disculpa, así como la reverencia. Al menos no por el momento. Tras ello, su compañero canino decidió reprocharle su poco control, cosa que sonaba hasta ridículo proviniendo de un animal, por mucho que lo tratase como un hermano. Para colmo, el tipo largo hizo equipo con su can, afirmando que debía ser menos impulsivo.
El chico no pudo ocultar su mueca de indignación, traicionado por su mejor y único amigo. Lo del otro le importaba bien poco, pero Akane... ¿cómo había podido esa mala bestia?
—Maldito, eres mas traicionero que un gato... —recriminó a su copia.
Y sin pensarlo dos veces, agarró su dedo corazón con el pulgar a la par que estiraba el resto, y en un fugaz movimiento lo lanzaba hacia la frente de su propia imagen asalvajada. Con la aproximación, soltó el dedo, liberándolo en un rápido y certero golpe en la frente del otro Etsu.
¡TAC!
Con el mismo impacto, la técnica quedó liberada, y su gemelo desapareció en una leve nube de humo, que dio lugar a un huskie que miraba con desdén a su dueño. El can parecía estar en desacuerdo con la reprimenda, así al menos lo mostraba su mirada.
—¡Jumph!
No, al menos por el momento no iba a haber tregua, al menos estaría enfadado por... ¿3 minutos?
—No soy impulsivo —negó de nuevo.
La indiferencia y desdén de la mirada de Akane eran casi indignantes.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~