11/03/2018, 19:04
—Ya sabes lo que tienes que hacer.
Comentó y la replica de la kunoichi se alejó con las herramientas en su poder.
—Más nos vale estar preparados...
Agregó cambiando de guardia. Tanto el médico como sus replicas asintieron con un gesto de su cabeza, se ocultaron tan bien como pudieron detrás de los troncos de los arboles y se mantuvieron alerta a lo que pudiese llegar a pasar.
Se escuchó a un hombre salir de la cueva mientras escupía maldiciones. Pero la atención de uno de los clones fue llamada por la actitud de la kunoichi.
«¿Una piedra?»
¿Planeaba partirle la cabeza de un piedrazo al sujeto?
No tardó en echar por tierra aquella teoría cuando vio a la fémina hacer un uso ejemplar de la técnica de sustitución con aquella roca. Uno de los clones se lanzó a la carrera en cuanto pudo ver que otro bandido salía de la cueva.
«Era de esperar que esto sucediera.»
Pensó el médico original cuando vio al tercero manifestarse. Parecía un poco más ducho en el tema del combate táctico, su vestimenta y armamento al menos lo delataban como alguien informado.
—¿Tenemos visita? Se debe llamar a la puerta antes de entrar, ¿es que no os enseñan modales en vuestras villas?
En la que se había terminado metiendo, por ayudar a una desconocida a salvar una ardilla.
—¡Vaya...! ¡Pensé que mi escondite era perfecto...!
Contestó Mogura, con un tono bastante jocoso, a las palabras de aquel bandido. Una de sus manos descansaba sobra la empuñadura de su espada mientras que su mirada y la de su clon se clavaron en la del sujeto.
—¡Pero ahora que me has encontrado a lo mejor me podrás comentar para que quieren esa ardilla...!
Comentó y la replica de la kunoichi se alejó con las herramientas en su poder.
—Más nos vale estar preparados...
Agregó cambiando de guardia. Tanto el médico como sus replicas asintieron con un gesto de su cabeza, se ocultaron tan bien como pudieron detrás de los troncos de los arboles y se mantuvieron alerta a lo que pudiese llegar a pasar.
Se escuchó a un hombre salir de la cueva mientras escupía maldiciones. Pero la atención de uno de los clones fue llamada por la actitud de la kunoichi.
«¿Una piedra?»
¿Planeaba partirle la cabeza de un piedrazo al sujeto?
No tardó en echar por tierra aquella teoría cuando vio a la fémina hacer un uso ejemplar de la técnica de sustitución con aquella roca. Uno de los clones se lanzó a la carrera en cuanto pudo ver que otro bandido salía de la cueva.
«Era de esperar que esto sucediera.»
Pensó el médico original cuando vio al tercero manifestarse. Parecía un poco más ducho en el tema del combate táctico, su vestimenta y armamento al menos lo delataban como alguien informado.
—¿Tenemos visita? Se debe llamar a la puerta antes de entrar, ¿es que no os enseñan modales en vuestras villas?
En la que se había terminado metiendo, por ayudar a una desconocida a salvar una ardilla.
—¡Vaya...! ¡Pensé que mi escondite era perfecto...!
Contestó Mogura, con un tono bastante jocoso, a las palabras de aquel bandido. Una de sus manos descansaba sobra la empuñadura de su espada mientras que su mirada y la de su clon se clavaron en la del sujeto.
—¡Pero ahora que me has encontrado a lo mejor me podrás comentar para que quieren esa ardilla...!
Hablo - Pienso