23/03/2018, 17:30
La chica, furibunda, alcanzó a levantarse y sacó de la misma ira un afilado metal, con el cuál cortó uno de los laterales de la no demasiado ingeniosa pero eficaz trampa. Aún con el metal entre manos, buscó con la mirada al chico que "se hacía cargo" de los infantes, pero en un principio no tuvo demasiado éxito. Para cuando fuese camino a la escalera, vería que el chico andaba desparramado por uno de los pasillos. Éste se había resbalado por culpa de algo o alguien, pues no se veía tan torpe como para tropezar consigo mismo. Desde el mismo suelo, comprendió la señal de la chica apenas la vio. Kaoru a modo de contestación tan solo alzó el pulgar.
Se le veía también un poco enfadado, quizás no andaba acostumbrado a éste grupo de chicos, pues se le veía rozando los límites de su paciencia. Incluso tenía ambos puños cerrados, y andaba resoplando de un lado a otro, buscando también con ahínco a la malcriada pelirroja.
La chica subió uno, dos, tres, cuatro, cinco escalones... y como la rima bien indica, obtuvo premio.
Resbalaría como si pisase aceite, terminando por caerse escaleras abajo en una aparatosa, ruidosa y no demasiado ruda caída. Sin duda, mas que dolorosa sería un tanto acalorada en su final, pues todas las miradas de la sala quedarían sobre ella. Hasta Kaoru, que andaba a expensas de subir por las otras escaleras terminaría con la mirada sobre la peliplateada.
Un súbito silencio haría mella en la situación, nadie se atrevía a soltar una sola palabra. Todos estaban anonadados.
Sin demasiada demora, la señora Otoshino se acercó a la chica, hincó la rodilla y puso su mano sobre su hombro a la par que le mostraba una nota. Se veía algo preocupada por la joven, y no era para menos...
Se le veía también un poco enfadado, quizás no andaba acostumbrado a éste grupo de chicos, pues se le veía rozando los límites de su paciencia. Incluso tenía ambos puños cerrados, y andaba resoplando de un lado a otro, buscando también con ahínco a la malcriada pelirroja.
La chica subió uno, dos, tres, cuatro, cinco escalones... y como la rima bien indica, obtuvo premio.
Resbalaría como si pisase aceite, terminando por caerse escaleras abajo en una aparatosa, ruidosa y no demasiado ruda caída. Sin duda, mas que dolorosa sería un tanto acalorada en su final, pues todas las miradas de la sala quedarían sobre ella. Hasta Kaoru, que andaba a expensas de subir por las otras escaleras terminaría con la mirada sobre la peliplateada.
Un súbito silencio haría mella en la situación, nadie se atrevía a soltar una sola palabra. Todos estaban anonadados.
Sin demasiada demora, la señora Otoshino se acercó a la chica, hincó la rodilla y puso su mano sobre su hombro a la par que le mostraba una nota. Se veía algo preocupada por la joven, y no era para menos...
» ¿Te encuentras bien? ¡Vaya caída! ¿estás mareada? «
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~