2/04/2018, 15:38
El clon del médico que se encontraba cercano a la desconocida kunoichi notaba en su propio oponente una conservadora actitud, no parecía demasiado dispuesto a intercambiar golpes o brindar particular asistencia a su compañero. Y como ciertamente había poco que aquella replica de Mogura pudiese hacer sin comprometer el accionar de la fémina, se limitó a corresponder los movimientos del bandido. Mantener la distancia sin perder la amenaza sobre el otro.
—No baje la guardia, kunoichi-dono.
Mientras tanto, en un árbol no muy lejos de aquel lugar.
Manase Mogura, el original y una copia, levantaban su mirada en dirección a un enfadado y aparentemente experimentado bandido.
—¿Tanto revuelo por una simple ardilla? ¿Es que los ninjas de hoy en día no tenéis nada mejor que hacer que ayudar a pobres e indefensos animalillos?
Se burló el hombre, menospreciando el accionar de los ninjas.
—La verdad es que nada, ahora que se ha escapado no sabemos dónde podría estar, por eso... Estábamos esperando a recuperarnos... Ya sabes, para irnos. Pero vosotros estáis impidiendo que podamos abandonar estas tierras, ¿qué os pasa? ¿Queréis arrestarnos?
El shinobi llevó una mano hasta su cabeza con un poco de cuidado, evitando provocar que la acción escalase de manera excesiva de un segundo a otro, y acomodó su peinado.
—Las ardillas son bastante necesarias para esta clase de entornos, la caza indiscriminada de esos roedores seguro tendría efectos en el medio ambiente.
Apresuró a contestar el clon que acompañaba al médico.
—Si te conoces a ti mismo pero no al enemigo, por cada victoria también sufrirás una derrota.
Comentó entonces el médico original, el mejor de Amegakure.
—No es sabio para ninguno de los dos enfrentarnos en esta situación.
Agregó, mirándolo fijamente a los ojos, con la mirada seria con la que miraba tanto a sus compañeros como a su propio kage.
—No baje la guardia, kunoichi-dono.
Mientras tanto, en un árbol no muy lejos de aquel lugar.
Manase Mogura, el original y una copia, levantaban su mirada en dirección a un enfadado y aparentemente experimentado bandido.
—¿Tanto revuelo por una simple ardilla? ¿Es que los ninjas de hoy en día no tenéis nada mejor que hacer que ayudar a pobres e indefensos animalillos?
Se burló el hombre, menospreciando el accionar de los ninjas.
—La verdad es que nada, ahora que se ha escapado no sabemos dónde podría estar, por eso... Estábamos esperando a recuperarnos... Ya sabes, para irnos. Pero vosotros estáis impidiendo que podamos abandonar estas tierras, ¿qué os pasa? ¿Queréis arrestarnos?
El shinobi llevó una mano hasta su cabeza con un poco de cuidado, evitando provocar que la acción escalase de manera excesiva de un segundo a otro, y acomodó su peinado.
—Las ardillas son bastante necesarias para esta clase de entornos, la caza indiscriminada de esos roedores seguro tendría efectos en el medio ambiente.
Apresuró a contestar el clon que acompañaba al médico.
—Si te conoces a ti mismo pero no al enemigo, por cada victoria también sufrirás una derrota.
Comentó entonces el médico original, el mejor de Amegakure.
—No es sabio para ninguno de los dos enfrentarnos en esta situación.
Agregó, mirándolo fijamente a los ojos, con la mirada seria con la que miraba tanto a sus compañeros como a su propio kage.
Hablo - Pienso