Poco después de mi se presentó Koutetsu, y defendió la imagen de la princesa Seltkalt, con eso fue más que suficiente para calmar las ansias de ajusticiarla por parte de Sarutobi, dejando claro que sería una rehén y no dudaría en hacer correr la sangre de ser necesario, incluso nos lanzó una advertencia, asegurando que no eramos lo suficientemente fuertes para hacer frente contra él, un punto a su favor.
Exigió que camináramos al interior del hotel, la tensión del ambiente en vez de ir disipándose se mantenía, ahora era Sarutobi quien podría plantarse como un problema mucho mayor que los mismos guerreros Seltkalt, era arrogante, era muy fuerte y lo sabía, por lo que le daba pie a presumir de ello. Una vez comenzamos a movernos en dirección al edificio, me acerqué al peliblanco. —Será mejor seguirle la corriente, me parece peligroso e incluso podría matarnos sin rechistar.— Murmuré para que solo él me escuchase.
Cuando ingresé al nido de cristal noté la gran cantidad de personas que se encontraban en el interior, tanto turistas como pueblerinos se encontraban en el interior, mezclados, llenos de temor y ansias por que todo terminase, todo parecía una extraña y mala pesadilla de la cual podrían despertar en cualquier momento. Algo que no pudo pasar de largo fue aquellos que se encontraban heridos, alguien debía atenderles, no obstante, preferí acercarme a donde el guardián, quien parecía tener conocimiento de la situación.
—El edificio fue tomado por los Seltkalt — Escuché decir cuando estaba llegando—. Con lo que ocurrió allá fuera parece que se dispersaron y solo dejaron a su líder…[/sub] Simplemente me mantuve en silencio y escuchaba el reporte, y las incógnitas que surgieran a partir de ellas.
—¿Y dónde está su líder? —pregunto el Hakagurē
—Ha tomado por rehenes a quienes le opusieron resistencia, entre ellos mi hermano, y se ha acuartelado en el último piso del hotel.
"Así que lo más probable es que Hazegawa esté de rehén..."
—¿Qué ha sucedido con los guardias del edificio?
—Todos murieron en el asalto inicial
Noté como el moreno empezaba a buscar a Naomi, su protectora, pero algo me decía que ella, como mi hermano, se encontraban juntos en las garras del líder Seltkalt.
—Señor Shinda, ¿acaso hay gente que aún permanece en sus habitaciones? —
—No… Todos fueron desalojados y traídos hasta aquí; los que no, sin duda han de estar como rehenes en el último piso.
[color=limegreen]—Seguro está con ellos, incluso Haze debe estar ahí también, no lo he visto desde que llegué.— Comenté directamente al moreno. Luego me volteé a ver al anciano. —¿Sabe sí el médico del hotel está atendiendo a los heridos? ¿O sí hay algún herido de gravedad que requiera atención inmediata?— Primero el objetivo salvar todas las vidas posibles, después descansar un poco.
Una vez hubiera respondido aquellas interrogantes, miré a Sarutobi, el joven. —¿Tienes algún plan en mente?— Me atreví a preguntar, no tenía en mente que él nos considerara para realizar sus acciones, pero quería saberlo.
Exigió que camináramos al interior del hotel, la tensión del ambiente en vez de ir disipándose se mantenía, ahora era Sarutobi quien podría plantarse como un problema mucho mayor que los mismos guerreros Seltkalt, era arrogante, era muy fuerte y lo sabía, por lo que le daba pie a presumir de ello. Una vez comenzamos a movernos en dirección al edificio, me acerqué al peliblanco. —Será mejor seguirle la corriente, me parece peligroso e incluso podría matarnos sin rechistar.— Murmuré para que solo él me escuchase.
Cuando ingresé al nido de cristal noté la gran cantidad de personas que se encontraban en el interior, tanto turistas como pueblerinos se encontraban en el interior, mezclados, llenos de temor y ansias por que todo terminase, todo parecía una extraña y mala pesadilla de la cual podrían despertar en cualquier momento. Algo que no pudo pasar de largo fue aquellos que se encontraban heridos, alguien debía atenderles, no obstante, preferí acercarme a donde el guardián, quien parecía tener conocimiento de la situación.
—El edificio fue tomado por los Seltkalt — Escuché decir cuando estaba llegando—. Con lo que ocurrió allá fuera parece que se dispersaron y solo dejaron a su líder…[/sub] Simplemente me mantuve en silencio y escuchaba el reporte, y las incógnitas que surgieran a partir de ellas.
—¿Y dónde está su líder? —pregunto el Hakagurē
—Ha tomado por rehenes a quienes le opusieron resistencia, entre ellos mi hermano, y se ha acuartelado en el último piso del hotel.
"Así que lo más probable es que Hazegawa esté de rehén..."
—¿Qué ha sucedido con los guardias del edificio?
—Todos murieron en el asalto inicial
Noté como el moreno empezaba a buscar a Naomi, su protectora, pero algo me decía que ella, como mi hermano, se encontraban juntos en las garras del líder Seltkalt.
—Señor Shinda, ¿acaso hay gente que aún permanece en sus habitaciones? —
—No… Todos fueron desalojados y traídos hasta aquí; los que no, sin duda han de estar como rehenes en el último piso.
[color=limegreen]—Seguro está con ellos, incluso Haze debe estar ahí también, no lo he visto desde que llegué.— Comenté directamente al moreno. Luego me volteé a ver al anciano. —¿Sabe sí el médico del hotel está atendiendo a los heridos? ¿O sí hay algún herido de gravedad que requiera atención inmediata?— Primero el objetivo salvar todas las vidas posibles, después descansar un poco.
Una vez hubiera respondido aquellas interrogantes, miré a Sarutobi, el joven. —¿Tienes algún plan en mente?— Me atreví a preguntar, no tenía en mente que él nos considerara para realizar sus acciones, pero quería saberlo.