Las palabras del uzujin rompieron el silencio, pero no la mirada expectante de los dos guías de viaje. O mejor dicho, la de Shinsen, porque Mae andaba casi siempre con la misma expresión inexpresiva. Pero a los pocos segundos, viendo que no se decía nada más, la cara del rubio mostró decepción.
—Pregunto lo mismo que él.
—Aquí tienes tus 500 ryos.— una pequeña bolsa con monedas pasó de las manos de un guía al otro, y esta vez, tal vez si se era muy detallista y se miraba con mucha atención, podrían ver una muy ligera sonrisa en el rostro de la pelirroja. Y para aprovecharse de la situación, no pudo olvidar el mítico...
—Te lo dije.
Ahora la mirada expectante la tenían los gennin, esperando que Shinsen diera rienda suelta a su lengua y empezase a explicar toda la mierda por la que estaban pasando esos dos últimos días.
—Me decepcionaron muchachos, yo pensé que siendo shinobi se iban a dar cuenta. Pero bueno, mejor les digo, aunque primero lo oficial.— tomó aire profundamente y prosiguió.
—Volveremos al puerto mañana al amanecer por un problema en los almacenes. No se los debería de decir, pero para ser sincero parece que se metieron un par de ratas mientras estábamos anclados y no podemos asegurar la buena salud de los pasajeros con respecto a la comida.
—Calla, calla, que no nos podemos quedar mucho tiempo.— otra vez el rubio mostró sorpresa por sus palabras.
—Muy bien, aquí voy. No tienen que elegir a nadie, ya conocemos este juego, es de hace años y la verdad que nosotros ya nos empezamos a divertir cuando nos sacamos la tensión de encima. Ninguno de esos tres locos les hará nada, ni siquiera tienen que tener miedo por eso de "nadie llega a puerto" "nadie sale de este barco" "nadie sobrevive"— sus últimas palabras eran en un claro tono burlón mientras movía las manos en el aire.
—Esos tres eran, bueno.... son unos psicópatas que aterrorizaron a un par de pequeños poblados y embarcaciones hace ya muchos años, mira que nosotros estábamos en plena juventud, más o menos su edad supongo. El capitán, que ya lo vieron, fue el hombre encargado de hacerlos caer, los aquí presentes sus ayudantes.
No fue fácil, nos costó varias semanas de enfrentamientos intermitentes, pero cuando finalmente lo conseguimos el jefe no quiso darles una simple muerte. No no no, no podía ser tan sencillo para ellos.— negó también con el dedo índice— Los metió en un ciclo interminable adentro de este barco, alterando sus mente para que no conociesen nunca más el mundo exterior ni pudiesen hacerle daño a la tripulación. Al poco tiempo, cuando el miedo de que se liberarán pasó, creamos estos viajes con pasajeros para ganar algo de dinero, y desde entonces empezó este juego.
Shinsen calló mirando a los gennin, esperando tal vez que comenzaran a lanzar a preguntas o tal vez solo quería dar un minuto de silencio para aclararse la garganta. Sin embargo, el cenobita no pudo aguantar la calma.
Me... me... ¿Me estás diciendo que tienes putos psicópatas adentro de este barco? ¿En qué momento fue eso una buena idea?
—Pregunto lo mismo que él.
—Aquí tienes tus 500 ryos.— una pequeña bolsa con monedas pasó de las manos de un guía al otro, y esta vez, tal vez si se era muy detallista y se miraba con mucha atención, podrían ver una muy ligera sonrisa en el rostro de la pelirroja. Y para aprovecharse de la situación, no pudo olvidar el mítico...
—Te lo dije.
Ahora la mirada expectante la tenían los gennin, esperando que Shinsen diera rienda suelta a su lengua y empezase a explicar toda la mierda por la que estaban pasando esos dos últimos días.
—Me decepcionaron muchachos, yo pensé que siendo shinobi se iban a dar cuenta. Pero bueno, mejor les digo, aunque primero lo oficial.— tomó aire profundamente y prosiguió.
—Volveremos al puerto mañana al amanecer por un problema en los almacenes. No se los debería de decir, pero para ser sincero parece que se metieron un par de ratas mientras estábamos anclados y no podemos asegurar la buena salud de los pasajeros con respecto a la comida.
—Calla, calla, que no nos podemos quedar mucho tiempo.— otra vez el rubio mostró sorpresa por sus palabras.
—Muy bien, aquí voy. No tienen que elegir a nadie, ya conocemos este juego, es de hace años y la verdad que nosotros ya nos empezamos a divertir cuando nos sacamos la tensión de encima. Ninguno de esos tres locos les hará nada, ni siquiera tienen que tener miedo por eso de "nadie llega a puerto" "nadie sale de este barco" "nadie sobrevive"— sus últimas palabras eran en un claro tono burlón mientras movía las manos en el aire.
—Esos tres eran, bueno.... son unos psicópatas que aterrorizaron a un par de pequeños poblados y embarcaciones hace ya muchos años, mira que nosotros estábamos en plena juventud, más o menos su edad supongo. El capitán, que ya lo vieron, fue el hombre encargado de hacerlos caer, los aquí presentes sus ayudantes.
No fue fácil, nos costó varias semanas de enfrentamientos intermitentes, pero cuando finalmente lo conseguimos el jefe no quiso darles una simple muerte. No no no, no podía ser tan sencillo para ellos.— negó también con el dedo índice— Los metió en un ciclo interminable adentro de este barco, alterando sus mente para que no conociesen nunca más el mundo exterior ni pudiesen hacerle daño a la tripulación. Al poco tiempo, cuando el miedo de que se liberarán pasó, creamos estos viajes con pasajeros para ganar algo de dinero, y desde entonces empezó este juego.
Shinsen calló mirando a los gennin, esperando tal vez que comenzaran a lanzar a preguntas o tal vez solo quería dar un minuto de silencio para aclararse la garganta. Sin embargo, el cenobita no pudo aguantar la calma.
Me... me... ¿Me estás diciendo que tienes putos psicópatas adentro de este barco? ¿En qué momento fue eso una buena idea?
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘