5/04/2018, 18:35
Akame chasqueó la lengua, decepcionado, cuando su compadre le dijo que no había más forma de verificar el éxito de su venganza que las caras de los afectados cuando volvieran a cruzarse. Por un momento el jōnin se imaginó a Daruu tan enfurecido como aquella vez cerca del Valle del Fin, gritándole a Datsue toda clase de improperios, y otra carcajada le vino a la boca. La amortiguó. También supuso que Ayame no se lo tomaría a bien; todo lo que sabía de ella se limitaba al encontronazo que habían tenido en el Valle de los Dojos, pero a él le pareció más que suficiente para imaginárselo.
—Meh, puede que te hayas hecho dos buenos enemigos, sí —admitió Akame mientras daba otra pitada a su tabaco—. De los amejin nunca sabes qué esperarte.
Luego, sin embargo, Datsue compartió con él una información mucho más valiosa... Aunque infinitamente menos divertida. Akame abrió los ojos, sorprendido, puesto que él mismo había intentado varias veces averiguar las capacidades del Ojo Blanco —sin éxito—. Escuchó con atención y procesó aquella información. «Hmpf, eso me cuadra bastante... Por eso el maldito pudo apuntarme con su Suiton a través de la cortina de humo», caviló el Uchiha. Daruu y él habían combatido hacía casi un año, pero Akame seguía recordándolo con claridad.
Pese a que estaba agradecido e impresionado, el último comentario del otro Hermano del Desierto le arrancó un bufido molesto.
—Parece poderoso, sí —replicó el Uchiha—. De todos modos, ¿cómo demonios te has enterado de todo eso?
—Meh, puede que te hayas hecho dos buenos enemigos, sí —admitió Akame mientras daba otra pitada a su tabaco—. De los amejin nunca sabes qué esperarte.
Luego, sin embargo, Datsue compartió con él una información mucho más valiosa... Aunque infinitamente menos divertida. Akame abrió los ojos, sorprendido, puesto que él mismo había intentado varias veces averiguar las capacidades del Ojo Blanco —sin éxito—. Escuchó con atención y procesó aquella información. «Hmpf, eso me cuadra bastante... Por eso el maldito pudo apuntarme con su Suiton a través de la cortina de humo», caviló el Uchiha. Daruu y él habían combatido hacía casi un año, pero Akame seguía recordándolo con claridad.
Pese a que estaba agradecido e impresionado, el último comentario del otro Hermano del Desierto le arrancó un bufido molesto.
—Parece poderoso, sí —replicó el Uchiha—. De todos modos, ¿cómo demonios te has enterado de todo eso?