5/04/2018, 19:44
(Última modificación: 5/04/2018, 19:47 por Uchiha Datsue.)
Podría decirse que, tras el castigo que Raito les había impuesto de convivir encadenados por unas semanas, tiempo atrás, ambos Uchiha ya estaban acostumbrados a dormir juntos. Pero nada más lejos de la realidad. Lo cierto era que por aquel entonces no tenían sellado a un bijuu en su interior. Eso cambiaba las cosas. Específicamente, en que por aquel entonces no se despertaban cada dos por tres entre sudores fríos.
Por eso, cuando su Hermano se levantó a horas indecentes, sus ganas de ser responsable por su ascenso seguían dormidas.
—En seguida voy… —farfulló, cambiando de posición en la cama.
De ser por él, se quedaría durmiendo hasta el mediodía. Pero Shukaku no estaba por la labor de dejarle. Tras despertarse por enésima vez, se incorporó, cabreado, e implantó un sello-brújula en su antebrazo. ¿A quién rastreaba? A la de siempre. Y su corazón dio un vuelco cuando…
—¡Se ha movido! —exclamó, pegando tal brinco que se cayó de la cama—. Se ha… —chasqueó la lengua, dándole un manotazo a la cama—. Soy imbécil.
No, claro que no se había movido. Era él quien había cambiado de posición. Acostumbrado a activar la brújula siempre en la cama de su habitación, en la Villa, donde la aguja apuntaba siempre en la misma posición. Ahora, al desplazarse hacia el Norte, la aguja había descendido ligeramente. Pero ello no significaba que Aiko se hubiese movido, ni mucho menos.
—Puta mierda. —Aquel era un asunto que le empezaba a mosquear. Demasiado. Y lo peor era que sabía que su sello de rastreo pronto desaparecería. ¿Cuánto le quedaría? ¿Dos, tres semanas? Debía averiguar lo que le había sucedido antes de que se terminase la cuenta atrás, pero, ¿cómo?—. Ahora céntrate en la maldita misión —se obligó a decir.
Se vistió con el traje oficial de la Villa: un chaleco, un pantalón azul oscuro y unas botas militares. La única modificación que le había hecho era la camiseta interior de mangas largas, que había cortado hasta quedarse sin manga alguna para combatir mejor el calor del verano. Acto seguido, bajó por las escaleras restregándose los ojos, y se acercó a la mesa donde se encontraba Akame.
—¿Has dejado algo para mí? —preguntó, con ojos entrecerrados y somnolientos, mientras paseaba la mirada por el desayuno que le habían servido.
Por eso, cuando su Hermano se levantó a horas indecentes, sus ganas de ser responsable por su ascenso seguían dormidas.
—En seguida voy… —farfulló, cambiando de posición en la cama.
De ser por él, se quedaría durmiendo hasta el mediodía. Pero Shukaku no estaba por la labor de dejarle. Tras despertarse por enésima vez, se incorporó, cabreado, e implantó un sello-brújula en su antebrazo. ¿A quién rastreaba? A la de siempre. Y su corazón dio un vuelco cuando…
—¡Se ha movido! —exclamó, pegando tal brinco que se cayó de la cama—. Se ha… —chasqueó la lengua, dándole un manotazo a la cama—. Soy imbécil.
No, claro que no se había movido. Era él quien había cambiado de posición. Acostumbrado a activar la brújula siempre en la cama de su habitación, en la Villa, donde la aguja apuntaba siempre en la misma posición. Ahora, al desplazarse hacia el Norte, la aguja había descendido ligeramente. Pero ello no significaba que Aiko se hubiese movido, ni mucho menos.
—Puta mierda. —Aquel era un asunto que le empezaba a mosquear. Demasiado. Y lo peor era que sabía que su sello de rastreo pronto desaparecería. ¿Cuánto le quedaría? ¿Dos, tres semanas? Debía averiguar lo que le había sucedido antes de que se terminase la cuenta atrás, pero, ¿cómo?—. Ahora céntrate en la maldita misión —se obligó a decir.
Se vistió con el traje oficial de la Villa: un chaleco, un pantalón azul oscuro y unas botas militares. La única modificación que le había hecho era la camiseta interior de mangas largas, que había cortado hasta quedarse sin manga alguna para combatir mejor el calor del verano. Acto seguido, bajó por las escaleras restregándose los ojos, y se acercó a la mesa donde se encontraba Akame.
—¿Has dejado algo para mí? —preguntó, con ojos entrecerrados y somnolientos, mientras paseaba la mirada por el desayuno que le habían servido.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado