23/08/2015, 17:04
Unos ojos azules traspasaron la niebla. Una cabellera negra también se dio cuenta por quien habíamos sido citados. Lanzó una pregunta al aire, que el de tez oscura se limitó a responder con inocencia, todavía no se enteraba quien fue el que nos llamó. Karamaru permanecía en silencio, viendo la conversación de los otros dos gennin y pensando. Pensaba en muchas cosas, ninguna en particular, pero no le gustaba hacerlo al mismo tiempo que hablaba. Pero al poco tiempo, esto se vería interrumpido.
Imposible de ver, tapado por el sombrero, Karamaru no había podido detectar al hombre que estaba sobre el poste. No solo era su sombrero el que no le permitía ver para arriba, si no que también la niebla ayudaba a esa situación. Sin embargo, y afortunadamente, un anciano saltó desde el poste hacia el suelo para quitar la niebla que había alrededor de los cuatro hombres. Su pelo canoso poseía una cola de caballo y dos mechones que recaían sobre su cara. Una barba de igual color y arrugas y pendientes que adornaban su cabeza. Un traje negro sobre su cuerpo, y sobre este un pedazo de tela de un color parecido al naranja le tapaba el lado izquierdo de su torso. Como armamento poseía una protección en el hombro izquierdo y una espada que cruzaba diagonalmente la espalda.
«¿Hentto? ¿Capitán Hentto?» se repetía Karamaru mientras veía a lo que se suponía era su nuevo sensei. Parecía serio, duro o estricto. Al calvo le gustaba, pero también creía que era necesario que sea un poco divertido, aunque después de todo Kiyon no lo era y se la pasaba bien entrenando en el templo.
El hombre venía acompañado de un mono con una tela roja en el cuello pero antes siquiera de pararse a contemplarlo el anciano volvió a hablar. Parecía como que hubiesen encendido una radio, porque cuando empezó nunca paró.
«Ichiro y Den, Ichiro y Den. Supongo que están acá por el mismo motivo que yo» pensaba Karamaru mientras el capitán presentaba a cada uno. En especial a Karamaru le pidió descubrirse y sin problema alguno dejo caer su sombrero de paja sobre su espalda dejando que se cuelgue de una cuerda a su cuello. El pelado estaba tranquilo ya no lo molestaba la niebla ni la lluvia ni el barro. Sabía que por fin iban a empezar a entrenar.
Rápidamente, una supuesta primera prueba surgió. Una simulación, nos ponía en una especie de interrogatorio de corto tiempo solo para que pensáramos rápido una respuesta lógica con el único objetivo de hacerle una pregunta seguramente sin-sentido al sensei. Con los ojos ámbar clavados en el sensei, Karamaru realizó una pregunta para confirmar sus deseos.
¿Habrá mas pruebas como esta durante el día de hoy?
Imposible de ver, tapado por el sombrero, Karamaru no había podido detectar al hombre que estaba sobre el poste. No solo era su sombrero el que no le permitía ver para arriba, si no que también la niebla ayudaba a esa situación. Sin embargo, y afortunadamente, un anciano saltó desde el poste hacia el suelo para quitar la niebla que había alrededor de los cuatro hombres. Su pelo canoso poseía una cola de caballo y dos mechones que recaían sobre su cara. Una barba de igual color y arrugas y pendientes que adornaban su cabeza. Un traje negro sobre su cuerpo, y sobre este un pedazo de tela de un color parecido al naranja le tapaba el lado izquierdo de su torso. Como armamento poseía una protección en el hombro izquierdo y una espada que cruzaba diagonalmente la espalda.
«¿Hentto? ¿Capitán Hentto?» se repetía Karamaru mientras veía a lo que se suponía era su nuevo sensei. Parecía serio, duro o estricto. Al calvo le gustaba, pero también creía que era necesario que sea un poco divertido, aunque después de todo Kiyon no lo era y se la pasaba bien entrenando en el templo.
El hombre venía acompañado de un mono con una tela roja en el cuello pero antes siquiera de pararse a contemplarlo el anciano volvió a hablar. Parecía como que hubiesen encendido una radio, porque cuando empezó nunca paró.
«Ichiro y Den, Ichiro y Den. Supongo que están acá por el mismo motivo que yo» pensaba Karamaru mientras el capitán presentaba a cada uno. En especial a Karamaru le pidió descubrirse y sin problema alguno dejo caer su sombrero de paja sobre su espalda dejando que se cuelgue de una cuerda a su cuello. El pelado estaba tranquilo ya no lo molestaba la niebla ni la lluvia ni el barro. Sabía que por fin iban a empezar a entrenar.
Rápidamente, una supuesta primera prueba surgió. Una simulación, nos ponía en una especie de interrogatorio de corto tiempo solo para que pensáramos rápido una respuesta lógica con el único objetivo de hacerle una pregunta seguramente sin-sentido al sensei. Con los ojos ámbar clavados en el sensei, Karamaru realizó una pregunta para confirmar sus deseos.
¿Habrá mas pruebas como esta durante el día de hoy?
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘