5/04/2018, 20:40
Datsue parpadeó varias veces cuando oyó la afirmación de Ayame: ella era el agua. «Veo que no soy el único que se emociona de vez en cuando…»
—Está bien, está bien —aceptó, rindiéndose—. No insistiré más. Aunque no sabes lo que te pierdes…
Como para demostrarle qué tan guay era, se llevó el porro a los labios y aspiró. El humo pasó rápidamente por su garganta y llegó hasta los pulmones, abrasándolos, y por mucho que lo intentó no logró contener una tos seca y amarga.
—Jo-der. Esto es… —«… una mierda»—, fuerte. Pero sí, noto como me limpia toda la podredumbre que tenía acumulada en el interior —¿Qué podía decir? Ya era demasiado tarde para bajarse del carro. Así pues, ni corto ni perezoso, se atrevió a darle una segunda calada. Aquella no fue mucho mejor, aunque por lo menos logró retener el humo en los pulmones por unos segundos, tal y como le habían recomendado hacer. Para saborearlo—. ¡Hmmm! ¡Qué rico! ¡Sabe a chocolate! —«¿A chocolate? ¿¡A chocolate!? ¡A mierda, eso es a lo que sabe! No entiendo por qué Akame le da a esto».
¿Acaso lo estaba fumando mal? ¿O era que simplemente le habían vendido basura? Para asegurarse, le dio una tercera calada. «Hmmm… Vale, vale. Creo que ya lo empiezo a notar», se dijo, logrando expulsar esta vez el humo sin toser. «Joder, Ayame tiene que probar esto».
—¡Ah, se me olvidaba, Ayame! ¡Creo que esto sí te gustará! —exclamó, divertido, mientras hacía como que rebuscaba en sus ropajes—. Hmm… ¿Dónde lo había sellado? ¡Ah, sí, en el cuello! —se colocó disimuladamente el cigarrillo entre el dedo meñique y anular, y realizó tres simples sellos. Pero, en lugar de anunciar la técnica que estaba haciendo, se inventó una totalmente distinta:—. ¡Ippan no Fūinjutsu! —«Je, je. La gente siempre pica con este truquillo». Y es que, en realidad, Datsue había realizado los sellos del Henge no Fūinjutsu.
Al llevarse las manos al cuello, Datsue simuló que un objeto aparecía de pronto en él, como si hubiese liberado un objeto sellado. Nada más lejos de la realidad. En su lugar, lo que había hecho era transformar el cigarrillo en un pequeño cartoncillo con pajilla, como uno de esos zumos envasados que apenas llegaban a los 200ml.
«Espero que haya colado…», pensó, mientras se llevaba la diestra —la que debía tener el cigarrillo— tras la espalda.
—Toma. Decías que eras el agua, ¿no? Pues esto contiene agua pura recogida de un antiquísimo manantial al que muy pocas personas tienen acceso. ¡Dicen que es la más pura de Oonindo! Pruébala, ya verás —dijo, ofreciéndole el cartoncillo con pajita. «Y una vez que aspire por la pajita...»
Sonrió por dentro. Era el mejor plan que nadie jamás había creado.
—Está bien, está bien —aceptó, rindiéndose—. No insistiré más. Aunque no sabes lo que te pierdes…
Como para demostrarle qué tan guay era, se llevó el porro a los labios y aspiró. El humo pasó rápidamente por su garganta y llegó hasta los pulmones, abrasándolos, y por mucho que lo intentó no logró contener una tos seca y amarga.
—Jo-der. Esto es… —«… una mierda»—, fuerte. Pero sí, noto como me limpia toda la podredumbre que tenía acumulada en el interior —¿Qué podía decir? Ya era demasiado tarde para bajarse del carro. Así pues, ni corto ni perezoso, se atrevió a darle una segunda calada. Aquella no fue mucho mejor, aunque por lo menos logró retener el humo en los pulmones por unos segundos, tal y como le habían recomendado hacer. Para saborearlo—. ¡Hmmm! ¡Qué rico! ¡Sabe a chocolate! —«¿A chocolate? ¿¡A chocolate!? ¡A mierda, eso es a lo que sabe! No entiendo por qué Akame le da a esto».
¿Acaso lo estaba fumando mal? ¿O era que simplemente le habían vendido basura? Para asegurarse, le dio una tercera calada. «Hmmm… Vale, vale. Creo que ya lo empiezo a notar», se dijo, logrando expulsar esta vez el humo sin toser. «Joder, Ayame tiene que probar esto».
—¡Ah, se me olvidaba, Ayame! ¡Creo que esto sí te gustará! —exclamó, divertido, mientras hacía como que rebuscaba en sus ropajes—. Hmm… ¿Dónde lo había sellado? ¡Ah, sí, en el cuello! —se colocó disimuladamente el cigarrillo entre el dedo meñique y anular, y realizó tres simples sellos. Pero, en lugar de anunciar la técnica que estaba haciendo, se inventó una totalmente distinta:—. ¡Ippan no Fūinjutsu! —«Je, je. La gente siempre pica con este truquillo». Y es que, en realidad, Datsue había realizado los sellos del Henge no Fūinjutsu.
Al llevarse las manos al cuello, Datsue simuló que un objeto aparecía de pronto en él, como si hubiese liberado un objeto sellado. Nada más lejos de la realidad. En su lugar, lo que había hecho era transformar el cigarrillo en un pequeño cartoncillo con pajilla, como uno de esos zumos envasados que apenas llegaban a los 200ml.
«Espero que haya colado…», pensó, mientras se llevaba la diestra —la que debía tener el cigarrillo— tras la espalda.
—Toma. Decías que eras el agua, ¿no? Pues esto contiene agua pura recogida de un antiquísimo manantial al que muy pocas personas tienen acceso. ¡Dicen que es la más pura de Oonindo! Pruébala, ya verás —dijo, ofreciéndole el cartoncillo con pajita. «Y una vez que aspire por la pajita...»
Sonrió por dentro. Era el mejor plan que nadie jamás había creado.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado