6/04/2018, 16:51
La dupla comenzó a guiar sus pasos nuevamente sobre el camino adecuado, y en la dirección deseada. Los bandidos se habrían retirado y la ardilla habría huido, todo estaba como al principio. La grava mezclada con un poco de barro se comprimía bajo las pisadas de sus botas y el calzado de la kunoichi, a lo lejos la Villa de las Aguas Termales comenzaba a asomar.
—Por cierto, disculpa mis modales, soy Uzumaki Eri, genin de Uzushiogakure no Sato, gracias por haberme ayudado.
Uzumaki, como la difunta amiga de la Arashikage, y también como si difunta hija. Pero también se llamaba Eri, como la kunoichi que había sido envenenada por aquel extravagante sapo en el Valle del Fin.
—Uzumaki Eri, será difícil olvidar ese nombre.
Comentó el shinobi.
—Mi nombre es Manase Mogura, chuunin de Amegakure no sato.
Se presentó entonces, levantando ligeramente la mano con la que sostenía su paraguas. En el puño de la camisa, a modo de botón, el médico llevaba una chapa un poco más pequeña con el símbolo que lo reconocía como ninja medio.
—Soy yo quien está agradecido por haber tenido la oportunidad de asistirla, Uzumaki-dono.
Agregó mientras bajaba la mano a su postura inicial. La Villa cada vez estaba más cerca y probablemente el punto de separación de aquellos dos se encontraría no muy lejos de la entrada del lugar, pero hasta llegado ese punto tenían unos minutos para compartir.
—Por cierto, disculpa mis modales, soy Uzumaki Eri, genin de Uzushiogakure no Sato, gracias por haberme ayudado.
Uzumaki, como la difunta amiga de la Arashikage, y también como si difunta hija. Pero también se llamaba Eri, como la kunoichi que había sido envenenada por aquel extravagante sapo en el Valle del Fin.
—Uzumaki Eri, será difícil olvidar ese nombre.
Comentó el shinobi.
—Mi nombre es Manase Mogura, chuunin de Amegakure no sato.
Se presentó entonces, levantando ligeramente la mano con la que sostenía su paraguas. En el puño de la camisa, a modo de botón, el médico llevaba una chapa un poco más pequeña con el símbolo que lo reconocía como ninja medio.
—Soy yo quien está agradecido por haber tenido la oportunidad de asistirla, Uzumaki-dono.
Agregó mientras bajaba la mano a su postura inicial. La Villa cada vez estaba más cerca y probablemente el punto de separación de aquellos dos se encontraría no muy lejos de la entrada del lugar, pero hasta llegado ese punto tenían unos minutos para compartir.
Hablo - Pienso