7/04/2018, 14:03
—Está siendo humilde, Uzumaki-dono. A lo mejor le dolería un poco la cabeza en este momento, pero lo habría logrado.
Eri poco a poco intuía por qué aquel hombre había sido ascendido a chuunin. Parecía muy educado y sabía llevar las riendas de la situación, por muy difícil que fuera, por eso quizá sentía algo de envidia hacia su comportamiento, pues ella parecía más imprudente en sus actos.
Y allí es donde tenían que volver a separarse sus caminos, justo en la puerta de la Villa de las Aguas Termales. La joven hizo una breve reverencia tras su despedida, y el médico contestó.
—Tenga un buen viaje, Uzumaki-dono. Espero llegar a escuchar sobre sus hazañas en el futuro.
—Muchas gracias, Manase-san, ojalá nuestros caminos se crucen de nuevo en un futuro.
Otra reverencia, un movimiento leve de su mano izquierda a modo de despedida y se dio la vuelta. No sabía a dónde ir, pero tenía que encontrar a su hermano y volver a su cometido de aquel viaje, pensando en que, la verdad era que aquellos que había ido conociendo en sus pequeños viajes habían hecho pequeña mella en ella de la forma más improbable. Recordó a Ayame, seguramente Manase Mogura y ella se conociesen de algo
Y esperó poder cruzarse con ellos de nuevo, no ahora, ni en su actual viaje, pero sí en los siguientes que viniesen.
Eri poco a poco intuía por qué aquel hombre había sido ascendido a chuunin. Parecía muy educado y sabía llevar las riendas de la situación, por muy difícil que fuera, por eso quizá sentía algo de envidia hacia su comportamiento, pues ella parecía más imprudente en sus actos.
Y allí es donde tenían que volver a separarse sus caminos, justo en la puerta de la Villa de las Aguas Termales. La joven hizo una breve reverencia tras su despedida, y el médico contestó.
—Tenga un buen viaje, Uzumaki-dono. Espero llegar a escuchar sobre sus hazañas en el futuro.
—Muchas gracias, Manase-san, ojalá nuestros caminos se crucen de nuevo en un futuro.
Otra reverencia, un movimiento leve de su mano izquierda a modo de despedida y se dio la vuelta. No sabía a dónde ir, pero tenía que encontrar a su hermano y volver a su cometido de aquel viaje, pensando en que, la verdad era que aquellos que había ido conociendo en sus pequeños viajes habían hecho pequeña mella en ella de la forma más improbable. Recordó a Ayame, seguramente Manase Mogura y ella se conociesen de algo
Y esperó poder cruzarse con ellos de nuevo, no ahora, ni en su actual viaje, pero sí en los siguientes que viniesen.