7/04/2018, 22:14
(Última modificación: 7/04/2018, 22:17 por Amedama Daruu.)
Moyashi Kenzou se levantó y se hizo crujir los nudillos, sin dejar que en ningún momento la sonrisa se le desdibujara del rostro. También hizo un par de estiramientos con las piernas poniéndolas en diagonal, balanceándose a izquierda y a derecha.
—Hombre, ¿sabes lo que estaría muy bien, Juro-kun? —dijo—. Estaría bastante bien que no hiciéramos un destrozo muy grande al tatami. —Juntó todo lo que pudo los dedos índice y pulgar de la mano derecha, pero sin que llegasen a tocarse—. Bueno, todo lo que sea posible. Un poquito sí podemos. —Le guiñó un ojo.
»Por otra parte, será mejor que yo me controle un poco. Si no, podría matarte.
»Era broma. Sólo un poquito. —Repitió el gesto con los dedos.
—Hombre, ¿sabes lo que estaría muy bien, Juro-kun? —dijo—. Estaría bastante bien que no hiciéramos un destrozo muy grande al tatami. —Juntó todo lo que pudo los dedos índice y pulgar de la mano derecha, pero sin que llegasen a tocarse—. Bueno, todo lo que sea posible. Un poquito sí podemos. —Le guiñó un ojo.
»Por otra parte, será mejor que yo me controle un poco. Si no, podría matarte.
»Era broma. Sólo un poquito. —Repitió el gesto con los dedos.