8/04/2018, 23:36
Daruu salió a empujones de una de las avenidas más concurridas. Era la primera vez que visitaba la capital del País de la Espiral, y ciertamente no estaba acostumbrado a todo ese trajín. ¿Cuándo era la última vez que había estado entre tanta gente? En Shinogi-To, la gente iba más a su bola, y no gritaba tanto. ¿O quizás es que el sonido de la lluvia amortiguaba el de la gente? O quizás la propia lluvia, que hacía que los compradores fueran de una tienda a otra y no se parasen en medio de la calle para charlar. Oh, como odiaba esa maldita costumbre. Allá en casa, en el Distrito Comercial de Amegakure, nunca había nadie parado en medio de la calle.
Medio mareado, pasaba por una calle más verde. Ah, eso sí que era lo suyo. Un poco de verde y nada de gente. Sólo había una chica leyendo un libro en un banco de madera.
Y una piedra en el camino que no vio. El colmo de un Hyūga.
PLACA.
BONK.
Daruu cayó de bruces al suelo justo enfrente de la muchacha.
—¡Ayyyyyy!
Medio mareado, pasaba por una calle más verde. Ah, eso sí que era lo suyo. Un poco de verde y nada de gente. Sólo había una chica leyendo un libro en un banco de madera.
Y una piedra en el camino que no vio. El colmo de un Hyūga.
PLACA.
BONK.
Daruu cayó de bruces al suelo justo enfrente de la muchacha.
—¡Ayyyyyy!
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)