9/04/2018, 21:33
El frasco se rompió y el gas se liberó, se expandió a tal velocidad que tanto la mujer como los hombres tuvieron que retroceder para no verse afectados por los efectos del veneno.
La fémina tomó un respiro, aprovechando la situación. Se hizo entonces de un pergamino y lo arrojó hacía donde estaba el médico.
— ¡¿Pero se puede saber qué demonios estáis haciendo?!
Escuchó gritar a la pelirroja, pero Mogura ahora estaba dado a la tarea de recoger el pergamino que Aki había lanzado.
— Si ni siquiera sois conscientes de lo que podéis o no podéis hacer, salid de aquí. Volved a la villa, aquí no pintáis nada.
Eso sonaba a una orden, orden que no tenía problemas en cumplir, pero claro estaba que Mogura no estaba actuando solo en aquel momento, había otras dos personas con él, para su mala suerte, de igual rango.
«Ahí está.»
Pensó cuando vio el pergamino en el piso, se lanzó sobre él tan rápido como pudo y lo guardó entre sus pertenencias con recelo. No tenía intenciones de quedarse parado sabiendo que había un sujeto con un arco y flechas en el bando enemigo, por lo que se agachó ahí donde el pergamino había caído.
«Habaki, Inoue. Vuelvan de una vez, debemos irnos.»
Pensaba el médico elevando la mirada ligeramente por encima de su hombro para tratar de tener una idea de lo que sucedía en el claro.
La fémina tomó un respiro, aprovechando la situación. Se hizo entonces de un pergamino y lo arrojó hacía donde estaba el médico.
— ¡¿Pero se puede saber qué demonios estáis haciendo?!
Escuchó gritar a la pelirroja, pero Mogura ahora estaba dado a la tarea de recoger el pergamino que Aki había lanzado.
— Si ni siquiera sois conscientes de lo que podéis o no podéis hacer, salid de aquí. Volved a la villa, aquí no pintáis nada.
Eso sonaba a una orden, orden que no tenía problemas en cumplir, pero claro estaba que Mogura no estaba actuando solo en aquel momento, había otras dos personas con él, para su mala suerte, de igual rango.
«Ahí está.»
Pensó cuando vio el pergamino en el piso, se lanzó sobre él tan rápido como pudo y lo guardó entre sus pertenencias con recelo. No tenía intenciones de quedarse parado sabiendo que había un sujeto con un arco y flechas en el bando enemigo, por lo que se agachó ahí donde el pergamino había caído.
«Habaki, Inoue. Vuelvan de una vez, debemos irnos.»
Pensaba el médico elevando la mirada ligeramente por encima de su hombro para tratar de tener una idea de lo que sucedía en el claro.
Hablo - Pienso