9/04/2018, 23:22
El anciano aseguró que nadie necesitaba atención médica, todo estaba bajo control, noticia que me cayó como anillo al dedo porque podría preocuparme en otras cosas, podría asistir en la siguiente confrontación. El joven Sarutobi explicó que su plan era acabar con la vida de todo y cada uno de los enemigos, lo dijo sin titubear, lo dijo con convicción, fue entonces cuando supe que hablaba en serio; no obstante, la situación cambió un familiar suyo también era rehén, por lo que todo se complicaba, no sabía sí era mejor o peor, lo único que sabía era que mi hermano también era uno de esos rehenes.
—Ambo tenemos familiares capturados por los Seltkalt.— Me atreví a decir, refiriendome a Koutetsu y a mi, era crucial que Sarutobi supiera que teníamos personas importantes allá.
—Entonces, ¿considerarías un intercambio de rehenes? —sugirió el Hakagurē.
Fue entonces cuando caí en cuenta que la princesa podría servir de algo más, me llegó un sabor amargo a la boca por considerar aquel cambio, pero era una de las mejores opciones y probablemente ella accediera a ser parte del trueque. Él tuvo que admitir que la idea del moreno era buena, aunque no quiso demostrarlo en su totalidad, cosa que el peliblanco resaltó, e incluso aseguró que iría también, sobre todo para socorrer a su guardián.
Ryūnosuke dejó escapar una áspera risa y le contesto: —Pues haces bien: mi prioridad es la cabecilla de mi clan, los demás me importan poco, sobre todo si son extranjeros. Solo debo advertirte que no me estorbes y que ni se te ocurra meterte en mi camino. ¿Has entendido?
"Este tipo... Podría llegar a odiarle..." Pensé malhumorado por la reciente declaración.
Koutetsu accedió sin rechistar, solamente faltaba decir que yo también iba, cosa que no tardó en llegar. —Tampoco molestaré.— "A menos que sea necesario claro está."
Una vez dicho lo necesario busqué entre mis pertenencias, aseguré tener todo a la mano, revisé mi cuerpo en busca de alguna lesión que pudiera a llegar a complicarse o volverse algún punto débil de interés, pero nada apareció. La princesa seguía inconsciente y, aparentemente, ajena a todo lo que sucedía. Poco después Ryuunosuke aseguro que utilizaríamos el elevador por la poca probabilidad de que hubieran implantado alguna trampa en su sistema.
Pasaron unos cuantos minutos hasta que nos vimos todos en el interior de aquella caja levadiza, fue entonces cuando el peliblanco sugirió la presencia del guardián del conocimiento por su conocimiento en el lenguaje Seltkalt, era evidente que la princesa no lograba comunicarse con fluidez con nosotros, incluso tuvo la valía para mofarse de Ryuunosuke por ello. Shinda terminó subiendo al elevador y comenzamos a subir, nadie decía nada, solamente reinada le silencio.
Tragué grueso, podía sentir el nerviosismo en mi interior, cada latido de mi corazón, incluso podría decir que estaba a punto de sudar.
—Ambo tenemos familiares capturados por los Seltkalt.— Me atreví a decir, refiriendome a Koutetsu y a mi, era crucial que Sarutobi supiera que teníamos personas importantes allá.
—Entonces, ¿considerarías un intercambio de rehenes? —sugirió el Hakagurē.
Fue entonces cuando caí en cuenta que la princesa podría servir de algo más, me llegó un sabor amargo a la boca por considerar aquel cambio, pero era una de las mejores opciones y probablemente ella accediera a ser parte del trueque. Él tuvo que admitir que la idea del moreno era buena, aunque no quiso demostrarlo en su totalidad, cosa que el peliblanco resaltó, e incluso aseguró que iría también, sobre todo para socorrer a su guardián.
Ryūnosuke dejó escapar una áspera risa y le contesto: —Pues haces bien: mi prioridad es la cabecilla de mi clan, los demás me importan poco, sobre todo si son extranjeros. Solo debo advertirte que no me estorbes y que ni se te ocurra meterte en mi camino. ¿Has entendido?
"Este tipo... Podría llegar a odiarle..." Pensé malhumorado por la reciente declaración.
Koutetsu accedió sin rechistar, solamente faltaba decir que yo también iba, cosa que no tardó en llegar. —Tampoco molestaré.— "A menos que sea necesario claro está."
Una vez dicho lo necesario busqué entre mis pertenencias, aseguré tener todo a la mano, revisé mi cuerpo en busca de alguna lesión que pudiera a llegar a complicarse o volverse algún punto débil de interés, pero nada apareció. La princesa seguía inconsciente y, aparentemente, ajena a todo lo que sucedía. Poco después Ryuunosuke aseguro que utilizaríamos el elevador por la poca probabilidad de que hubieran implantado alguna trampa en su sistema.
Pasaron unos cuantos minutos hasta que nos vimos todos en el interior de aquella caja levadiza, fue entonces cuando el peliblanco sugirió la presencia del guardián del conocimiento por su conocimiento en el lenguaje Seltkalt, era evidente que la princesa no lograba comunicarse con fluidez con nosotros, incluso tuvo la valía para mofarse de Ryuunosuke por ello. Shinda terminó subiendo al elevador y comenzamos a subir, nadie decía nada, solamente reinada le silencio.
Tragué grueso, podía sentir el nerviosismo en mi interior, cada latido de mi corazón, incluso podría decir que estaba a punto de sudar.