11/04/2018, 11:36
(Última modificación: 11/04/2018, 11:36 por Aotsuki Ayame.)
Sacudido por el monstruoso brazo de Ayame, el cuerpo de Daruu salió despedido hacia atrás. El chico consiguió mitigar algunos daños bloqueando el golpe con los brazos cruzados sobre el pecho, pero eso no evitó que terminara cayendo a la arena empapada como un simple pelele, entre esforzados resuellos.
—Buena... esa... cabronaza... —masculló como pudo, mientras se reincorporaba, con sus brazos temblando por el daño sufrido.
Y Ayame no pudo evitar esbozar una sonrisa e hinchar el pecho con el orgullo de un pavo real.
—Eso te ha pasado por cotilla —se atrevió a bromear, pero enseguida retornó a su aspecto serio y concentrado. Entre pasos lentos y premeditados, Ayame comenzó a moverse, rodeando en círculo a Daruu (pero siempre quedándose a unos cinco metros de distancia de él), alejándose del agua y dejándole a él entre ambos—. No eres el único que ha estado entrenando sin descanso, Daruu-kun. Puede que la distancia entre los dos siga estando ahí, pero desde luego ya no soy aquella Ayame con la que luchaste en el Valle de los Dojos. Han pasado demasiadas cosas. Y no podía quedarme de brazos cruzados.
—Buena... esa... cabronaza... —masculló como pudo, mientras se reincorporaba, con sus brazos temblando por el daño sufrido.
Y Ayame no pudo evitar esbozar una sonrisa e hinchar el pecho con el orgullo de un pavo real.
—Eso te ha pasado por cotilla —se atrevió a bromear, pero enseguida retornó a su aspecto serio y concentrado. Entre pasos lentos y premeditados, Ayame comenzó a moverse, rodeando en círculo a Daruu (pero siempre quedándose a unos cinco metros de distancia de él), alejándose del agua y dejándole a él entre ambos—. No eres el único que ha estado entrenando sin descanso, Daruu-kun. Puede que la distancia entre los dos siga estando ahí, pero desde luego ya no soy aquella Ayame con la que luchaste en el Valle de los Dojos. Han pasado demasiadas cosas. Y no podía quedarme de brazos cruzados.