11/04/2018, 15:43
Karamaru tomó la respuesta del peliblanco como suya y calló con la cabeza gacha entendiendo el mensaje de la pelirroja. Si tenían o no una chance en un combate se podría ver, pero siendo innecesario era mucho mejor no tentar a la suerte. Sobretodo porque después tendrían que buscar la manera de orientarse para llegar a tierra firme, y ese trabajo lo estaba haciendo sobresalientemente bien Mae.
Fueron unas cuantas horas agobiantes las que pasaron bajo la luz de la luna acompañados solamente por el sonido del oleaje, hasta que por fin pudieron divisar unas pocas luces apenas visibles. Para quién supiera, las gaviotas que volaron sobre ellos hacía minutos ya se lo confirmaban. Estaban cerca de la costa, y aún así tras horas de viaje la pelirroja seguía sin mostrar cansancio. La opción de no pelear probablemente había sido un éxito.
«Ua, que bonito...»
Un pintoresco paisaje de barcos iluminados, luciendo sus mástiles sin velas, y un puerto con muy poca gente dando vueltas a esas horas comenzó a hacerse más nítido a medida que se acercaban. Unos cuántos pocos edificios yacían en tierra, y menos aún los que se veían iluminados por el fuego.
Por su parte, la guía del ya pasado viaje decidió acercar el bote a una parte baja y lejana de aquel puerto. Un lugar donde no había nadie y nadie los podría ver.
Vamos, abajo. Más les vale que no pasen por el puerto si no quieren que el capitán los vea, hasta acá compartimos camino.
Y sin un adiós se alejó a paso rápido en dirección a las luces, dejando a los dos gennin solos junto a un bote ya encallado sobre la arena. El gran problema que tenía el calvo ahora es que ni siquiera tenía un mapa para saber a donde ir, o por lo menos saber donde estaba.
—Esto...— empezó nervioso una vez bajado del pequeño bote— ¿Y ahora qué? ¿Dónde estamos?
Si tenía un poco de suerte el peliblanco tendría una mejor orientación que él, o tal vez ya conocía el terreno donde se encontraban.
Fueron unas cuantas horas agobiantes las que pasaron bajo la luz de la luna acompañados solamente por el sonido del oleaje, hasta que por fin pudieron divisar unas pocas luces apenas visibles. Para quién supiera, las gaviotas que volaron sobre ellos hacía minutos ya se lo confirmaban. Estaban cerca de la costa, y aún así tras horas de viaje la pelirroja seguía sin mostrar cansancio. La opción de no pelear probablemente había sido un éxito.
«Ua, que bonito...»
Un pintoresco paisaje de barcos iluminados, luciendo sus mástiles sin velas, y un puerto con muy poca gente dando vueltas a esas horas comenzó a hacerse más nítido a medida que se acercaban. Unos cuántos pocos edificios yacían en tierra, y menos aún los que se veían iluminados por el fuego.
Por su parte, la guía del ya pasado viaje decidió acercar el bote a una parte baja y lejana de aquel puerto. Un lugar donde no había nadie y nadie los podría ver.
Vamos, abajo. Más les vale que no pasen por el puerto si no quieren que el capitán los vea, hasta acá compartimos camino.
Y sin un adiós se alejó a paso rápido en dirección a las luces, dejando a los dos gennin solos junto a un bote ya encallado sobre la arena. El gran problema que tenía el calvo ahora es que ni siquiera tenía un mapa para saber a donde ir, o por lo menos saber donde estaba.
—Esto...— empezó nervioso una vez bajado del pequeño bote— ¿Y ahora qué? ¿Dónde estamos?
Si tenía un poco de suerte el peliblanco tendría una mejor orientación que él, o tal vez ya conocía el terreno donde se encontraban.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘