12/04/2018, 13:46
A aquellas alturas, solo había un plan al que amarrarse, y ese era...
… el de siempre.
Por suerte, Ayame logró aterrizar sin un rasguño, gracias a esa habilidad tan suya de convertir su cuerpo en agua. El Uchiha ya se lo había visto hacer en su primer encuentro, así como en algún lance puntual en las rondas finales del torneo mientras él se encontraba de espectador. Una técnica defensiva asombrosa, ahora que lo pensaba, porque, ¿cómo herir el agua?
—Contaminándola —farfulló para sí—. ¡Un momento, Ayame-chan! ¡Ahora acudo en tu ayuda! —chilló, desgañitándose la garganta.
Entonces retrocedió un par de pasos, justo para desaparecer de la vista de la kunoichi, y realizó el sello de la clonación. A su lado, surgió un Kage Bunshin no Jutsu.
—Hora de ejecutar el plan maestro —dijo el clon.
El Datsue real asintió, y le pasó un paquete de hilo shinobi.
—Kusagakure… —murmuró, con voz trascendental—, no Jutsu.
El clon se cuadró y le despidió con un saludo marcial. Acto seguido, guardó el kunai de su cintura —la copia del arma incriminatoria— en el portaobjetos, a la vez que sacaba un shuriken y pasaba el hilo metálico por su agujero. Del mismo modo en que había hecho Ayame, lanzó la estrella metálica a una de las ramas que pasaban por encima de su cabeza, haciendo que diese un par de vueltas sobre ésta y quedase bien amarrada.
—¡¡¡Ahí vooooooooy!!! —exclamó, saltando por encima de la valla.
Por las calles colgantes de Tane-Shigai, un joven chico iba dejando un rastro de improperios, chillidos y amenazas tras de sí. Por cada hombre atropellado, por cada mujer empujada, una nueva exclamación. Y es que ese joven chico con yukata y ojos zorrunos corría y braceaba como un pollo sin cabeza, con la espalda exageradamente encorvada hacia atrás y, por ende, la cabeza mirando más hacia el cielo que a lo que tenía ante sí.
Ese chico se llamaba Uchiha Datsue, y estaba haciendo lo que mejor se le daba hacer. Lo que todo kusajin aprendía cuando recibían la placa de shinobi. Huir.
—¡¡¡YEEEEEHAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
—Fiuu… ¿Estás bien, Ayame-chan? —preguntó el clon, una vez efectuado su descenso y aterrizado en tierra firme. Ayame, que no había permanecido ociosa, había encontrado un cigarrillo empapado gracias a su técnica de voz. El brick, no obstante, no aparecía por ningún lado.
… el de siempre.
Por suerte, Ayame logró aterrizar sin un rasguño, gracias a esa habilidad tan suya de convertir su cuerpo en agua. El Uchiha ya se lo había visto hacer en su primer encuentro, así como en algún lance puntual en las rondas finales del torneo mientras él se encontraba de espectador. Una técnica defensiva asombrosa, ahora que lo pensaba, porque, ¿cómo herir el agua?
—Contaminándola —farfulló para sí—. ¡Un momento, Ayame-chan! ¡Ahora acudo en tu ayuda! —chilló, desgañitándose la garganta.
Entonces retrocedió un par de pasos, justo para desaparecer de la vista de la kunoichi, y realizó el sello de la clonación. A su lado, surgió un Kage Bunshin no Jutsu.
—Hora de ejecutar el plan maestro —dijo el clon.
El Datsue real asintió, y le pasó un paquete de hilo shinobi.
—Kusagakure… —murmuró, con voz trascendental—, no Jutsu.
El clon se cuadró y le despidió con un saludo marcial. Acto seguido, guardó el kunai de su cintura —la copia del arma incriminatoria— en el portaobjetos, a la vez que sacaba un shuriken y pasaba el hilo metálico por su agujero. Del mismo modo en que había hecho Ayame, lanzó la estrella metálica a una de las ramas que pasaban por encima de su cabeza, haciendo que diese un par de vueltas sobre ésta y quedase bien amarrada.
—¡¡¡Ahí vooooooooy!!! —exclamó, saltando por encima de la valla.
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Por las calles colgantes de Tane-Shigai, un joven chico iba dejando un rastro de improperios, chillidos y amenazas tras de sí. Por cada hombre atropellado, por cada mujer empujada, una nueva exclamación. Y es que ese joven chico con yukata y ojos zorrunos corría y braceaba como un pollo sin cabeza, con la espalda exageradamente encorvada hacia atrás y, por ende, la cabeza mirando más hacia el cielo que a lo que tenía ante sí.
Ese chico se llamaba Uchiha Datsue, y estaba haciendo lo que mejor se le daba hacer. Lo que todo kusajin aprendía cuando recibían la placa de shinobi. Huir.
—¡¡¡YEEEEEHAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
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—Fiuu… ¿Estás bien, Ayame-chan? —preguntó el clon, una vez efectuado su descenso y aterrizado en tierra firme. Ayame, que no había permanecido ociosa, había encontrado un cigarrillo empapado gracias a su técnica de voz. El brick, no obstante, no aparecía por ningún lado.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado