12/04/2018, 19:12
«¿El primer deber de un prisionero?»
Datsue se recompuso rápidamente, espantando aquel pensamiento de la cabeza. Makoto estaba tratando de confundirle, de despistarle, y eso era algo que el Uchiha no podía permitir. Con las katanas trabadas, aplicó una de sus técnicas de bukijutsu favoritas: el Arte Ninja del Desarme. Pocas técnicas tenía que le fuesen tan eficientes como aquella. Nunca en la vida le había fallado. Nunca le había dejado tirado...
Hasta entonces.
—¡La madre que…!
Datsue contempló horrorizado como la katana salía despedida por el aire. Ya nada tenía con lo que defenderse. Ni con lo que atacar. El ninjutsu, en un campo de batalla tan reducido, era casi irrealizable. Demasiados sellos a formar para tan poco tiempo de reacción. La única alternativa era…
—Habéis ganado con honor, Masaru-dono —intervino el señor Iekatsu—. Así pues, tal y como prometí, podréis elegir de qué modo queréis ser ejecutado.
Makoto, por su parte, realizó una reverencia. Para suerte de Datsue, aquel combate había terminado. No se disputaría hasta la muerte. El Uchiha cayó de rodillas, tan derrotado como aliviado. Tenía la cara pálida, y el sentimiento de alivio pronto fue eclipsado por el de la furia. No por orgullo, no por haberse visto humillado, sino porque en aquel combate pudo haber salido con los dos pies por delante. Por su descuido. Por una repentina y estúpida bravuconería. Algo impropio de él. Algo que se juró no volver a cometer.
Pero, tan centrado como estaba en sus propios pensamientos, ni lo vio venir. Una repentina ráfaga de luz inundó sus pupilas, cegándole. El Uchiha se llevó las manos a los ojos, dolorido, mientras terminaba de caer al suelo y emitía una especie de gruñido. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué había ocurrido? Los segundos se le hicieron eternos, hasta que al fin logró distinguir algo más que distorsionadas sombras. Fue ahí cuando se dio cuenta.
—Makoto… —Entonces, lo comprendió, y por un momento tuvo ganas de reír.
Makoto había cumplido con el primer deber de un prisionero.
Datsue se recompuso rápidamente, espantando aquel pensamiento de la cabeza. Makoto estaba tratando de confundirle, de despistarle, y eso era algo que el Uchiha no podía permitir. Con las katanas trabadas, aplicó una de sus técnicas de bukijutsu favoritas: el Arte Ninja del Desarme. Pocas técnicas tenía que le fuesen tan eficientes como aquella. Nunca en la vida le había fallado. Nunca le había dejado tirado...
Hasta entonces.
—¡La madre que…!
Datsue contempló horrorizado como la katana salía despedida por el aire. Ya nada tenía con lo que defenderse. Ni con lo que atacar. El ninjutsu, en un campo de batalla tan reducido, era casi irrealizable. Demasiados sellos a formar para tan poco tiempo de reacción. La única alternativa era…
—Habéis ganado con honor, Masaru-dono —intervino el señor Iekatsu—. Así pues, tal y como prometí, podréis elegir de qué modo queréis ser ejecutado.
Makoto, por su parte, realizó una reverencia. Para suerte de Datsue, aquel combate había terminado. No se disputaría hasta la muerte. El Uchiha cayó de rodillas, tan derrotado como aliviado. Tenía la cara pálida, y el sentimiento de alivio pronto fue eclipsado por el de la furia. No por orgullo, no por haberse visto humillado, sino porque en aquel combate pudo haber salido con los dos pies por delante. Por su descuido. Por una repentina y estúpida bravuconería. Algo impropio de él. Algo que se juró no volver a cometer.
Pero, tan centrado como estaba en sus propios pensamientos, ni lo vio venir. Una repentina ráfaga de luz inundó sus pupilas, cegándole. El Uchiha se llevó las manos a los ojos, dolorido, mientras terminaba de caer al suelo y emitía una especie de gruñido. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué había ocurrido? Los segundos se le hicieron eternos, hasta que al fin logró distinguir algo más que distorsionadas sombras. Fue ahí cuando se dio cuenta.
—Makoto… —Entonces, lo comprendió, y por un momento tuvo ganas de reír.
Makoto había cumplido con el primer deber de un prisionero.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado