13/04/2018, 12:43
El sonido de unos pasos con pretencioso sigilo llegó a sus oídos. Daruu se giró e intentó reincoporarse, pero le fallaron las piernas.
—¿Pero qué tenemos aquí? —dijo una voz femenina, que hablaba como si quisiese untar sus palabras sobre el pan—. Pero si es nuestro pequeño y precioso niño de ojos blancos. Tu Byakugan causó bastante... sensación en el Torneo. —Era una mujer rubia, alta, de ojos verde claro, pecosa. Vestía con una túnica blanca ajustada. Se agachó para mirarle. Daruu intentó agarrarla del tobillo y lanzarla al suelo.
—¡No! ¡Otra vez vosotros no! ¡Mira, no soy responsable de que perdierais el dinero en las apuestas! ¡Yo hago lo que tengo que hacer! —Un tiempo atrás, dos shinobi resentidos que se habían arruinado habían arrojado a Daruu y a Datsue hacia el fondo de un barranco.
—¿Apuestas? —La mujer torció la cabeza, sin entender—. Oh, no. No, te estás equivocando de persona —rio. Entonces se dio cuenta de la bandana de Amegakure que llevaba en la frente... tachada—. Yo sólo soy una mujer que te quiere, que te aprecia, que se ha estado fijando mucho en ti, Daruu-kun...
Daruu intentó moverse. Intentó revolverse y golpearla. Pero algo se lo impidió. Un calor que se estaba arremolinando en sus mejillas ruborizadas, en su pecho, que se movía arriba y abajo con la respiración acelerada. En otro lugar, las hormonas hicieron su trabajo... «¿Pero qué... me pasa?»
La mujer besó su frente, y Daruu sintió placer. Un intenso placer casi sexual que le paralizó por completo. Su cuerpo convulsionó un par de veces, y quedó tendido en el suelo, muerto de placer. Pero no era un placer agradable. Era un placer no solicitado, casi como una tortura. Casi dolía. Daruu apretó los dientes y trató de no gritar. Y una parte muy estúpida de si mismo, en aquella situación, sintió remordimientos porque para él aquello era ser infiel a Ayame. El placer disminuyó y se convirtió en una sensación paralizante, incluso... sedante...
Preocuparse de aquello en un momento como ese. Con lo que iba a venir a continuación...
—...sólo una mujer que se muere por tus ojos, cielo. Y tranquilo, que me vas a hacer ganar mucho dinero...
La kunoichi acercó sus dedos, como las garras de una harpía, a sus cuencas oculares.
Aunque no pudo hacerlo, todo su cerebro quería gritar.
Gritar.
Gritar...
La mujer se había ido. Daruu se acercó arrastrándose por la arena a una Ayame inconsciente.
—A... a... ya... me... —balbuceó, zarandeando su hombro con una mano ensangrentada.
Cuando Ayame abriera los ojos, se encontraría con una pesadilla. Daruu sangraba mucho... a través de los dedos de la otra mano, que tapaba sus ojos.
—A... ayame... ayu... da...
· PV:–
· CK:–
· Daños a causar: -
· Daño recibido: -41 PV. A partir de este turno, Daruu pierde 20 PV por turno por hemorragia al haber perdido los ojos, y por la herida de la pierna
· Gastos/recuperación de chakra: +20 por regeneración
· Acciones ocultas activas: 0
· Acciones ocultas reveladas: -
· Regeneración de chakra: Completa
—¿Pero qué tenemos aquí? —dijo una voz femenina, que hablaba como si quisiese untar sus palabras sobre el pan—. Pero si es nuestro pequeño y precioso niño de ojos blancos. Tu Byakugan causó bastante... sensación en el Torneo. —Era una mujer rubia, alta, de ojos verde claro, pecosa. Vestía con una túnica blanca ajustada. Se agachó para mirarle. Daruu intentó agarrarla del tobillo y lanzarla al suelo.
—¡No! ¡Otra vez vosotros no! ¡Mira, no soy responsable de que perdierais el dinero en las apuestas! ¡Yo hago lo que tengo que hacer! —Un tiempo atrás, dos shinobi resentidos que se habían arruinado habían arrojado a Daruu y a Datsue hacia el fondo de un barranco.
—¿Apuestas? —La mujer torció la cabeza, sin entender—. Oh, no. No, te estás equivocando de persona —rio. Entonces se dio cuenta de la bandana de Amegakure que llevaba en la frente... tachada—. Yo sólo soy una mujer que te quiere, que te aprecia, que se ha estado fijando mucho en ti, Daruu-kun...
Daruu intentó moverse. Intentó revolverse y golpearla. Pero algo se lo impidió. Un calor que se estaba arremolinando en sus mejillas ruborizadas, en su pecho, que se movía arriba y abajo con la respiración acelerada. En otro lugar, las hormonas hicieron su trabajo... «¿Pero qué... me pasa?»
La mujer besó su frente, y Daruu sintió placer. Un intenso placer casi sexual que le paralizó por completo. Su cuerpo convulsionó un par de veces, y quedó tendido en el suelo, muerto de placer. Pero no era un placer agradable. Era un placer no solicitado, casi como una tortura. Casi dolía. Daruu apretó los dientes y trató de no gritar. Y una parte muy estúpida de si mismo, en aquella situación, sintió remordimientos porque para él aquello era ser infiel a Ayame. El placer disminuyó y se convirtió en una sensación paralizante, incluso... sedante...
Preocuparse de aquello en un momento como ese. Con lo que iba a venir a continuación...
—...sólo una mujer que se muere por tus ojos, cielo. Y tranquilo, que me vas a hacer ganar mucho dinero...
La kunoichi acercó sus dedos, como las garras de una harpía, a sus cuencas oculares.
Aunque no pudo hacerlo, todo su cerebro quería gritar.
Gritar.
Gritar...
· · ·
La mujer se había ido. Daruu se acercó arrastrándose por la arena a una Ayame inconsciente.
—A... a... ya... me... —balbuceó, zarandeando su hombro con una mano ensangrentada.
Cuando Ayame abriera los ojos, se encontraría con una pesadilla. Daruu sangraba mucho... a través de los dedos de la otra mano, que tapaba sus ojos.
—A... ayame... ayu... da...
· PV:
80/170
· CK:
60/240
· Daños a causar: -
· Daño recibido: -41 PV. A partir de este turno, Daruu pierde 20 PV por turno por hemorragia al haber perdido los ojos, y por la herida de la pierna
· Gastos/recuperación de chakra: +20 por regeneración
· Acciones ocultas activas: 0
· Acciones ocultas reveladas: -
· Regeneración de chakra: Completa