13/04/2018, 13:04
(Última modificación: 13/04/2018, 13:07 por Aotsuki Ayame.)
Sumergida en aquel remolino de oscuridad, algunas luces irrumpían de vez en cuando en sus sueños.
Sintió la lluvia caer sobre su cuerpo como una caricia. Le pareció escuchar voces. Pero no comprendió el significado de las palabras que llegaban embotadas a sus oídos. Volvía a caer en la oscuridad. Después le pareció escuchar que alguien la llamaba y se sintió moverse ligeramente. Pero nada de eso pareció importarle. O, más bien, Ayame no conseguía regresar al mundo de la consciencia como para que llegara a importarle. Le dolía demasiado. Todo su cuerpo gritaba de dolor. Y también su corazón roto. Y su cerebro iba y venía en aquel vaivén, meciendo su consciencia entre un extremo y el otro.
Sólo quería dormir... Quizás... dormir y no despertar para enfrentarse de nuevo a sus demonios...
Sintió la lluvia caer sobre su cuerpo como una caricia. Le pareció escuchar voces. Pero no comprendió el significado de las palabras que llegaban embotadas a sus oídos. Volvía a caer en la oscuridad. Después le pareció escuchar que alguien la llamaba y se sintió moverse ligeramente. Pero nada de eso pareció importarle. O, más bien, Ayame no conseguía regresar al mundo de la consciencia como para que llegara a importarle. Le dolía demasiado. Todo su cuerpo gritaba de dolor. Y también su corazón roto. Y su cerebro iba y venía en aquel vaivén, meciendo su consciencia entre un extremo y el otro.
Sólo quería dormir... Quizás... dormir y no despertar para enfrentarse de nuevo a sus demonios...