15/04/2018, 13:11
El chico pareció ceder, levantándose y acercándose a Eri lentamente, como si temiese que en cualquier momento saltase a su cuello y acabase con su vida. Para suerte de la muchacha, accedió a tomar unos pañuelos para limpiarse la sangre que le surcaba todo el rostro.
Hasta preguntó por su nombre.
—Soy Uzumaki Eri, pero puedes llamarme solo Eri —se presentó ella, rebuscando los pañuelos en su bandolera —. ¿Y su nombre, Shinobi-san?
Una vez encontró sus pañuelos, le tendió la pequeña caja al amejin.
Hasta preguntó por su nombre.
—Soy Uzumaki Eri, pero puedes llamarme solo Eri —se presentó ella, rebuscando los pañuelos en su bandolera —. ¿Y su nombre, Shinobi-san?
Una vez encontró sus pañuelos, le tendió la pequeña caja al amejin.