15/04/2018, 17:26
A Daruu casi le asustaron los gritos de Ayame. Bajó la cabeza, avergonzado. Se sonrojó y se apoyó en su pecho. Dejó escapar el aire en un muy tendido suspiro.
—Entonces... ¿era verdad...? ¿No fui yo...? ¿No lo decís para... no hacerme sentir mal...? —balbuceó Ayame.
—No habría tenido ningún sentido que te tuvieran vigilada sólo hasta que tu padre vino a hablar conmigo si no fuese así —explicó—. Y si hubieras sido tú, algo me dice que seguiría la vigilancia. Zetsuo podría haber leído a través de mi mente. Es toda la verdad. Fue una mujer rubia, ella...
»No me siento cómodo hablando de ello.
»Ahora sufro más por mi madre que por mi mismo, Ayame.
—Entonces... ¿era verdad...? ¿No fui yo...? ¿No lo decís para... no hacerme sentir mal...? —balbuceó Ayame.
—No habría tenido ningún sentido que te tuvieran vigilada sólo hasta que tu padre vino a hablar conmigo si no fuese así —explicó—. Y si hubieras sido tú, algo me dice que seguiría la vigilancia. Zetsuo podría haber leído a través de mi mente. Es toda la verdad. Fue una mujer rubia, ella...
»No me siento cómodo hablando de ello.
»Ahora sufro más por mi madre que por mi mismo, Ayame.