15/04/2018, 19:30
El chico tomó el pañuelo de Eri, y ella dibujó una suave sonrisa en su rostro.
—De nada Daruu-san, el placer es mío.
Vio pacientemente como el Amedama se limpiaba toda la sangre que había salido de tanto sus encías como de su nariz tras el golpe. No parecía que le hubiera pasado factura, así que suspiró, aliviada. Se presionó la nariz y luego le comentó que también había conocido a otra Eri. Sí, ella conocía a Furukawa Eri, aquella chica que luchó por sus ideales y que por ellos acabó peor de lo que nadie podría haber imaginado para aquella chiquilla.
—Sí, Furukawa Eri-san fue muy amable conmigo también aunque solo hablamos un par de veces —coincidió ella, ladeando la cabeza —. Fue una lástima cuando... Bueno, tras el problema que abordó Uzushiogakure, ella falleció...
Bajó la mirada, apenada. Si Daruu conocía a Eri, también tenía que saber que ya no volvería a verla.
—¿Le ha ocurrido algo malo con otra gente de Uzushiogakure, Daruu-san? —preguntó, curiosa, tras recordar cómo había hablado de la gente de su villa.
—De nada Daruu-san, el placer es mío.
Vio pacientemente como el Amedama se limpiaba toda la sangre que había salido de tanto sus encías como de su nariz tras el golpe. No parecía que le hubiera pasado factura, así que suspiró, aliviada. Se presionó la nariz y luego le comentó que también había conocido a otra Eri. Sí, ella conocía a Furukawa Eri, aquella chica que luchó por sus ideales y que por ellos acabó peor de lo que nadie podría haber imaginado para aquella chiquilla.
—Sí, Furukawa Eri-san fue muy amable conmigo también aunque solo hablamos un par de veces —coincidió ella, ladeando la cabeza —. Fue una lástima cuando... Bueno, tras el problema que abordó Uzushiogakure, ella falleció...
Bajó la mirada, apenada. Si Daruu conocía a Eri, también tenía que saber que ya no volvería a verla.
—¿Le ha ocurrido algo malo con otra gente de Uzushiogakure, Daruu-san? —preguntó, curiosa, tras recordar cómo había hablado de la gente de su villa.