17/04/2018, 02:34
Y si en algo tenía razón el abominable hombre de los Dojos, es que la retórica de aquella situación había torcido los papeles. Muy a pesar de que habían subido aquella montaña para salvar a Hibagon de las garras de los humanos, ahora eran ellos dos quienes necesitaban de su ayuda para escapar de un desenlace poco épico y con tan poco mérito como el de una muerte circunstancial y no premeditada.
La naturaleza de la bestia hizo que imperara la idea de romper, entonces, el bloqueo de rocas macizas que cubrían a mitad el túnel. Uno que tras cada pam pam, temblaba como si el resto de la montaña fuera a caerles encima. Un último pam y Daruu le pidió que no siguiera, mientras el escualo le echaba un ojo a los cimientos resquebrajados que componían el camino.
Hibagon replicó. Y Kaido suspiró junto a Daruu, porque... bueno. Hibagon era una cosa especial que tenía su forma particular de hacer las cosas.
»¡Hibagon! ¿¡Esta caverna tiene otra salida!?
—¡TODAVÍA NO CONOCER MONTAÑA ENTERA!
—¡Bueno, intenta dar la vuelta a la ladera, por favor! ¡Nosotros vamos a caminar a ver si encontramos una!
—¿¡ENTONCES NO PAM PAM!? ¡SER CAMINO RÁPIDO!
—¡No, no pam pam! ¡Por favor!
—BUENO COMO TÚ QUERER.
El gyojin rió.
—Bueno, ¿y qué le vamos a decir cuando salgamos de aquí? —indagó, mientras avanzaba hacia el otro costado del túnel—. asumo que no es buena idea decirle realmente qué es lo que va a pasar si el ayuntamiento decide declarar una cacería de brujas para con el ladrón, y lo último que nos conviene es que se le antoje bajar al pueblo a darle pam pam a todo Yukio para que aprendan a compartir su comida. Tampoco podemos decirle que regrese al Valle, va a sentirse muy ofendido...
La naturaleza de la bestia hizo que imperara la idea de romper, entonces, el bloqueo de rocas macizas que cubrían a mitad el túnel. Uno que tras cada pam pam, temblaba como si el resto de la montaña fuera a caerles encima. Un último pam y Daruu le pidió que no siguiera, mientras el escualo le echaba un ojo a los cimientos resquebrajados que componían el camino.
Hibagon replicó. Y Kaido suspiró junto a Daruu, porque... bueno. Hibagon era una cosa especial que tenía su forma particular de hacer las cosas.
»¡Hibagon! ¿¡Esta caverna tiene otra salida!?
—¡TODAVÍA NO CONOCER MONTAÑA ENTERA!
—¡Bueno, intenta dar la vuelta a la ladera, por favor! ¡Nosotros vamos a caminar a ver si encontramos una!
—¿¡ENTONCES NO PAM PAM!? ¡SER CAMINO RÁPIDO!
—¡No, no pam pam! ¡Por favor!
—BUENO COMO TÚ QUERER.
El gyojin rió.
—Bueno, ¿y qué le vamos a decir cuando salgamos de aquí? —indagó, mientras avanzaba hacia el otro costado del túnel—. asumo que no es buena idea decirle realmente qué es lo que va a pasar si el ayuntamiento decide declarar una cacería de brujas para con el ladrón, y lo último que nos conviene es que se le antoje bajar al pueblo a darle pam pam a todo Yukio para que aprendan a compartir su comida. Tampoco podemos decirle que regrese al Valle, va a sentirse muy ofendido...