17/04/2018, 10:11
La tercera. Fue la tercera opción.
Allí estaba Zetsuo, pelo negro, ojos aguamarina, bata blanca de médico, mandíbula apretada, nariz aguileña y cara de mala hostia permanente. El hombre se plantó en el centro de la habitación y, tras peinarla como si estuviera sobrevolándola, suspiró y se llevó una mano a los ojos.
—Ayame no está contigo, ¿verdad, Amedama? —preguntó.
La pregunta le sentó a Daruu como un mazazo, quien se levantó de golpe —afortunadamente ya no llevaba gotero y se encontraba con muchas más fuerzas.
—No. ¿Por qué lo preguntas? ¿Qué ha pasado, se ha vuelto a ir? No me digas que al final se ha ido detrás de Naia... —Daruu se llevó las manos a la cabeza y empezó a dar vueltas por la habitación, nervioso.
Allí estaba Zetsuo, pelo negro, ojos aguamarina, bata blanca de médico, mandíbula apretada, nariz aguileña y cara de mala hostia permanente. El hombre se plantó en el centro de la habitación y, tras peinarla como si estuviera sobrevolándola, suspiró y se llevó una mano a los ojos.
—Ayame no está contigo, ¿verdad, Amedama? —preguntó.
La pregunta le sentó a Daruu como un mazazo, quien se levantó de golpe —afortunadamente ya no llevaba gotero y se encontraba con muchas más fuerzas.
—No. ¿Por qué lo preguntas? ¿Qué ha pasado, se ha vuelto a ir? No me digas que al final se ha ido detrás de Naia... —Daruu se llevó las manos a la cabeza y empezó a dar vueltas por la habitación, nervioso.