18/04/2018, 11:27
—Hace un par de días que me quitaron los calmantes —respondió Daruu, mirándose los brazos—. Ahora lo único que tengo es los ojos secos. Una enfermera viene a echarme colirio de vez en cuando. Venía, claro.
El médico alzó una ceja y, mientras el genin realizaba una serie de sellos y formaba aquellos peculiares pájaros de caramelo que servirían como transporte de vuelta a Amegakure, añadió con lentitud, casi saboreando cada palabra:
—No recuerdo haber firmado ningún documento de alta, Amedama —se encogió de hombros—. Creo aún necesitas unos días más en la habitación 324.
Ante una orden del Jōnin, el águila en la que montaba se impulsó con sus patas y agitó con fuerza las alas para alzar el vuelo. Ayame, que no había entendido muy bien el intercambio entre su padre y Daruu, se subió al pájaro azul y miró a su pareja, dubitativa.
—Esto... ¿Va todo bien?
El médico alzó una ceja y, mientras el genin realizaba una serie de sellos y formaba aquellos peculiares pájaros de caramelo que servirían como transporte de vuelta a Amegakure, añadió con lentitud, casi saboreando cada palabra:
—No recuerdo haber firmado ningún documento de alta, Amedama —se encogió de hombros—. Creo aún necesitas unos días más en la habitación 324.
Ante una orden del Jōnin, el águila en la que montaba se impulsó con sus patas y agitó con fuerza las alas para alzar el vuelo. Ayame, que no había entendido muy bien el intercambio entre su padre y Daruu, se subió al pájaro azul y miró a su pareja, dubitativa.
—Esto... ¿Va todo bien?