21/04/2018, 16:30
—¿¡Pero cómo que Pelopincho!? —había dicho Daruu, indignado como un chiquillo, cuando la muchacha le llamó por aquél mote. Vamos, nada más faltaba que todo el mundo empezase a llamarle así. Aparte de Hibagon, porque... bueno, porque era Hibagon. Y aparte de Kaido, por la camaradería que habían forjado durante sus aventuras con el monstruo—. ¡No es justo! El Hielo y el Agua suenan de puta madre, pero el Pelopincho suena a broma!
Ya después de que Daruu le comentase a Ayame que tendría que acostumbrarse a combatir sin Byakugan, la muchacha le animó, asegurando que aunque le llevase un tiempo terminaría por hacerlo.
—Ya, Ayame... Pero mientras yo me acostumbro, los demás avanzaréis... Y yo me quedaré atrás —se lamentó—. Por cierto, hablando de el Hielo —dijo, y su rostro dibujó un mohín resentido, inflando los mofletes—. ¡No ha venido a verme en el hospital desde que ingresé! ¡Se supone que es mi sensei! ¿Dónde está?
Ya después de que Daruu le comentase a Ayame que tendría que acostumbrarse a combatir sin Byakugan, la muchacha le animó, asegurando que aunque le llevase un tiempo terminaría por hacerlo.
—Ya, Ayame... Pero mientras yo me acostumbro, los demás avanzaréis... Y yo me quedaré atrás —se lamentó—. Por cierto, hablando de el Hielo —dijo, y su rostro dibujó un mohín resentido, inflando los mofletes—. ¡No ha venido a verme en el hospital desde que ingresé! ¡Se supone que es mi sensei! ¿Dónde está?