24/04/2018, 16:37
(Última modificación: 24/04/2018, 16:37 por Amedama Daruu.)
El tema principal interesaba muy poco a Daruu, si iba a tener que ver sobre las maravillosas propiedades del pescado, o sobre el increíble sabor cuando lo cocinabas a la brasa. Tuvo que taparse la boca con una mano para no vomitar.
—¡A la puta mierda los nutrientes! Pescado comerás tú, porque yo no —dijo Daruu—. ¡Va, porfa, Datsue, ayúdame a buscar un puerco o algo! —Se dio la vuelta, ahora implorante, cuando antes había estado casi agresivo—. Vengaaaa, ¿vale? ¿Sí? ¡Bien!
Sin recibir una respuesta, Daruu activó su Byakugan y echó a caminar por la ladera por donde habían subido a la colina, moviendo exageradamente los brazos hacia adelante y hacia atrás en una curiosa marcha.
Una vez abajo, registró los alrededores con el Byakugan.
—Si tus ojos se parecen a los míos, podrás ver el color del chakra —diría, si es que el Uchiha le acompañaba—. Mira a ver si ves algún bicho que podamos cocinar.
—¡A la puta mierda los nutrientes! Pescado comerás tú, porque yo no —dijo Daruu—. ¡Va, porfa, Datsue, ayúdame a buscar un puerco o algo! —Se dio la vuelta, ahora implorante, cuando antes había estado casi agresivo—. Vengaaaa, ¿vale? ¿Sí? ¡Bien!
Sin recibir una respuesta, Daruu activó su Byakugan y echó a caminar por la ladera por donde habían subido a la colina, moviendo exageradamente los brazos hacia adelante y hacia atrás en una curiosa marcha.
Una vez abajo, registró los alrededores con el Byakugan.
—Si tus ojos se parecen a los míos, podrás ver el color del chakra —diría, si es que el Uchiha le acompañaba—. Mira a ver si ves algún bicho que podamos cocinar.