24/04/2018, 20:16
Eri asintió y los dos caminaron hacia las rocas. La muchacha dejó sus pertenencias a un lado. Él lo imitó, y depositó la mochila de viaje a la vera de una de esas piedras. Eri calentó saltando y moviendo los brazos. «¿Para qué calienta si sólo vamos a enseñarnos una técnica?», pensó Daruu.
—Y dime, Daruu-san, ¿qué técnica me enseñarás de vuelta? —preguntó.
Daruu se acarició la barbilla, dirigiendo la mirada al cielo. Eso, ¿qué técnica le enseñaría a la chica? Habían hablado de técnicas que hiciesen mucho ruido, y aunque habían varias de su repertorio que probablemente cumplían el requisito, la muchacha le había pintado el Chidori como la más estruendosa de las estruendosidades. Quizás el Baku Suishouha... O quizás...
Quizás... esa técnica. Sí. Sí, ¡sí, esa técnica! Daruu soltó una risilla de satisfacción. Le enseñaría su técnica más poderosa. A modo de competición.
Sí, aquello era una competición.
—Una técnica que te dejará maravillada —respondió—. Pero no diré su nombre, será más sorpresa.
»Si no confías en mi, puedo enseñártela yo primero. —Daruu se encogió de hombros—. Pero un buen amejin cumple siempre su palabra. —«Mentira de las gordas, pero bueno.»
—Y dime, Daruu-san, ¿qué técnica me enseñarás de vuelta? —preguntó.
Daruu se acarició la barbilla, dirigiendo la mirada al cielo. Eso, ¿qué técnica le enseñaría a la chica? Habían hablado de técnicas que hiciesen mucho ruido, y aunque habían varias de su repertorio que probablemente cumplían el requisito, la muchacha le había pintado el Chidori como la más estruendosa de las estruendosidades. Quizás el Baku Suishouha... O quizás...
Quizás... esa técnica. Sí. Sí, ¡sí, esa técnica! Daruu soltó una risilla de satisfacción. Le enseñaría su técnica más poderosa. A modo de competición.
Sí, aquello era una competición.
—Una técnica que te dejará maravillada —respondió—. Pero no diré su nombre, será más sorpresa.
»Si no confías en mi, puedo enseñártela yo primero. —Daruu se encogió de hombros—. Pero un buen amejin cumple siempre su palabra. —«Mentira de las gordas, pero bueno.»