27/04/2018, 03:31
Kaido no podía sino estar de acuerdo en que se trataba de un método en extremo grotesco, incluso para un monstruo como él. Además de lo inviable de semejante "costumbre" para con los tiempos recientes, donde Oonindo luchaba continuamente por no tropezar con los mismos errores del pasado. Tarea ardua y titánica, por cierto, pues el caudal del mundo ninja parecía destinado a desembocar siempre en una corriente caótica y destructiva. De rencillas, rencores y enfrentamientos.
Y empezaba todo desde abajo. Con genin como ellos.
Con pactos viéndose fracturados. Con los conflictos internos haciéndose de eco en todos los países. Con la aparición, a según, de un nuevo guardián. Muertes de líderes, sucesiones. Se podía decir que ya era suficiente mérito que el mundo shinobi aún no se encontrase disuelto en mil pedazos.
—Afortunadamente, de momento, parece que la vida me conduce a un destino más humilde. No quiero ni imaginarme metido en esos problemas. Vamos, Kaido, antes de que Hibagon venga aquí y se ponga a hacer preguntas.
—De momento, pero la vida da mil vueltas Daruu-kun. Que te lo digo yo —repitió, para soltar luego una risilla y empezar a andar junto a Daruu—. en fin, lo mejor será olvidar éste mal trago y buscar compartir esa pizza con Hibagon. Y a ver si logramos que se quede quieto el hijoputa, al menos hasta que el pueblo se de cuenta de que los robos se acabaron de una vez por todas.
Miró a todos lados y a la nada a la vez, buscando en dónde podría estar aquella inmensa mole de pelos.
Y empezaba todo desde abajo. Con genin como ellos.
Con pactos viéndose fracturados. Con los conflictos internos haciéndose de eco en todos los países. Con la aparición, a según, de un nuevo guardián. Muertes de líderes, sucesiones. Se podía decir que ya era suficiente mérito que el mundo shinobi aún no se encontrase disuelto en mil pedazos.
—Afortunadamente, de momento, parece que la vida me conduce a un destino más humilde. No quiero ni imaginarme metido en esos problemas. Vamos, Kaido, antes de que Hibagon venga aquí y se ponga a hacer preguntas.
—De momento, pero la vida da mil vueltas Daruu-kun. Que te lo digo yo —repitió, para soltar luego una risilla y empezar a andar junto a Daruu—. en fin, lo mejor será olvidar éste mal trago y buscar compartir esa pizza con Hibagon. Y a ver si logramos que se quede quieto el hijoputa, al menos hasta que el pueblo se de cuenta de que los robos se acabaron de una vez por todas.
Miró a todos lados y a la nada a la vez, buscando en dónde podría estar aquella inmensa mole de pelos.