27/04/2018, 11:45
—Y a ver si logramos que se quede quieto el hijoputa, al menos hasta que el pueblo se de cuenta de que los robos se acabaron de una vez por todas. —dijo Kaido.
—Sinceramente, ¿sabes qué, Kaido? —respondió Daruu—. Lo mejor para Hibagon sería que volviera al Valle de los Dojos. Allí era respetado. Al menos, medianamente respetado.
Los muchachos seguían caminando por la cueva. A lo lejos, un pequeño brillo indicaba el final de la gruta.
—La Senda del Carámbano tenía fama de implacable. Estoy seguro de que no somos los únicos que nos encontramos con él allá arriba. Seguro que conocen su existencia. E indudablemente si hubieran querido cazarlo ya lo hubiesen hecho.
»Aquí está rodeado de desconocidos que a la mínima de cambio intentarán matarlo sólo porque le tienen miedo. Es comprensible, pero Hibagon no es mal tipo.
—Sinceramente, ¿sabes qué, Kaido? —respondió Daruu—. Lo mejor para Hibagon sería que volviera al Valle de los Dojos. Allí era respetado. Al menos, medianamente respetado.
Los muchachos seguían caminando por la cueva. A lo lejos, un pequeño brillo indicaba el final de la gruta.
—La Senda del Carámbano tenía fama de implacable. Estoy seguro de que no somos los únicos que nos encontramos con él allá arriba. Seguro que conocen su existencia. E indudablemente si hubieran querido cazarlo ya lo hubiesen hecho.
»Aquí está rodeado de desconocidos que a la mínima de cambio intentarán matarlo sólo porque le tienen miedo. Es comprensible, pero Hibagon no es mal tipo.