27/08/2015, 13:09
Eri le preguntó al Uchiha si de verdad podrian encontrarle un buen hogar a la cosa peluda que posteriormente se guardaria en sus ropajes para que la lluvia no le diera directamente al salir, supuso él. Era una pregunta complicada, la experiencia no parecia favorable para el can, ellos habian estado en un orfanato y habian sido objetivos de la corrupcion al más alto nivel de inmoralidad. Pero eso no tenia nada que ver con la pregunta, ella queria escuchar un sí, algo a lo que aferrarse para no sentirse culpable por no adoptarlo. Lejos estaba de obtener esa respuesta del Uchiha.
Puede, aunque sigo pensando que lo mejor seria que te lo quedaras tú.
Con una sinceridad aplastante y con la vista fija en sus alrededores le contestaria el rubio. Tenian que salir de ahí cuanto antes, así pues cuando la chica le dió la mano y le preguntó si podian ir así, el chico empezó a caminar con rapidez bajo la lluvia arrastrandola con él como respuesta.
Habian salido en linea recta por su calle, solo tenian que dar media vuelta y en nada volverian a estar en su puerta. Con ese pensamiento en mente, continuó calle arriba sin pararse. La lluvia dificultaba la vision, pero eso no era problema para él, sabia que tenia que seguir adelante hasta llegar a su casa y así lo estaba haciendo. Sin embargo, el sonido de pisadas, de muchas pisadas, no tardó en aparecer. El Uchiha, temeroso de que algo les pasara a él y a su compañera, se metió en un callejón en el que por algún motivo no caia la lluvia.
Echó a Eri detras suyo a lo más profundo del callejón y esperó, observando pacientemente la calle. Los sonidos de pisadas se intensificaban cada vez más hasta que finalmente, toda una jauria de perros pasaron por en medio de la calle como llevados por el diablo, parecian buscar algo o alguien, pero con esa lluvia era imposible que olieran nada. Pasaron tan rapido como habian aparecido.
Cuando ya todo estaba en calma, el Uchiha dislumbró a un par de rezagados que se acercaban al callejón olfateando con el hocico, alzaron su mirada para encontrarse con la mirada de Mike y empezaron a ladrarle. El can se escondió más en las ropas de Eri acojonado perdido. Le buscaban a él. ¿Algún tipo de mafia perruna a la que le debia huesos? Todo eso parecia un tanto inverosimil, perros buscando a otros perros, pero por algún motivo seria. Sin embargo, la única forma de descubrirlo seria hablando con ellos.
Perspicaz como nadie, el rubio agarró en brazos a la joven y de un salto pasó por encima de los animales que se lanzaron tras él. Por suerte, el genin habia localizado su puerta y en un santiamen no religioso ya se encontraba dentro de su casa. Cerró la puerta con fuerza, colocó el pestillo para más seguridad. Los perros empezaron a rascarle la puerta, pero al ver que no servia de nada se dedicaron a ladrarle sin parar.
No sé qué ha hecho tu perro, pero ahora estamos nosotros metidos tambien.
Puede, aunque sigo pensando que lo mejor seria que te lo quedaras tú.
Con una sinceridad aplastante y con la vista fija en sus alrededores le contestaria el rubio. Tenian que salir de ahí cuanto antes, así pues cuando la chica le dió la mano y le preguntó si podian ir así, el chico empezó a caminar con rapidez bajo la lluvia arrastrandola con él como respuesta.
Habian salido en linea recta por su calle, solo tenian que dar media vuelta y en nada volverian a estar en su puerta. Con ese pensamiento en mente, continuó calle arriba sin pararse. La lluvia dificultaba la vision, pero eso no era problema para él, sabia que tenia que seguir adelante hasta llegar a su casa y así lo estaba haciendo. Sin embargo, el sonido de pisadas, de muchas pisadas, no tardó en aparecer. El Uchiha, temeroso de que algo les pasara a él y a su compañera, se metió en un callejón en el que por algún motivo no caia la lluvia.
Echó a Eri detras suyo a lo más profundo del callejón y esperó, observando pacientemente la calle. Los sonidos de pisadas se intensificaban cada vez más hasta que finalmente, toda una jauria de perros pasaron por en medio de la calle como llevados por el diablo, parecian buscar algo o alguien, pero con esa lluvia era imposible que olieran nada. Pasaron tan rapido como habian aparecido.
Cuando ya todo estaba en calma, el Uchiha dislumbró a un par de rezagados que se acercaban al callejón olfateando con el hocico, alzaron su mirada para encontrarse con la mirada de Mike y empezaron a ladrarle. El can se escondió más en las ropas de Eri acojonado perdido. Le buscaban a él. ¿Algún tipo de mafia perruna a la que le debia huesos? Todo eso parecia un tanto inverosimil, perros buscando a otros perros, pero por algún motivo seria. Sin embargo, la única forma de descubrirlo seria hablando con ellos.
Perspicaz como nadie, el rubio agarró en brazos a la joven y de un salto pasó por encima de los animales que se lanzaron tras él. Por suerte, el genin habia localizado su puerta y en un santiamen no religioso ya se encontraba dentro de su casa. Cerró la puerta con fuerza, colocó el pestillo para más seguridad. Los perros empezaron a rascarle la puerta, pero al ver que no servia de nada se dedicaron a ladrarle sin parar.
No sé qué ha hecho tu perro, pero ahora estamos nosotros metidos tambien.
—Nabi—