5/05/2018, 14:41
El jōnin dejó escapar una carcajada divertida cuando Karamaru aludió al Torneo de los Dojos.
—Sí, algo me enteré de semejante competición —respondió, jocoso—. Se rumorea que incluso la gané.
Esperaba que entonces el amejin fuese capaz de reconocerle como el campeón de los Dojos, despejando así cualquier tipo de duda que pudiera quedarle sobre su identidad. Pese a que Akame no gustaba de ser reconocido, en aquella ocasión veía la fama que le había acarreado su victoria como algo positivo. Le ahorraba tiempo en presentaciones.
Lo que siguió a las palabras de Karamaru fue un súbito abatimiento. El Uchiha se cruzó de brazos con gesto reflexivo, tomándose unos momentos para pensar sus siguientes declaraciones.
—Un viaje de mil kilómetros comienza siempre con un sólo paso —enunció, alzando el dedo índice como un profesor—. Este es el Camino del Ninja, Karamaru-san. Sólo deben recorrerlos los que están dispuestos a darlo todo en la travesía. Y la única manera de seguir adelante es... ¡Entrenar! Entrenar, entrenar, entrenar y entrenar. El secreto es que no hay secreto. Entrenar.
Entonces el joven jōnin tuvo una idea.
—Yo mismo me dirigía hacia el Árbol Sagrado, he oído que allí suelen reunirse shinobi de Kusagakure no Sato para practicar. ¿Qué te parece si me acompañas?
—Sí, algo me enteré de semejante competición —respondió, jocoso—. Se rumorea que incluso la gané.
Esperaba que entonces el amejin fuese capaz de reconocerle como el campeón de los Dojos, despejando así cualquier tipo de duda que pudiera quedarle sobre su identidad. Pese a que Akame no gustaba de ser reconocido, en aquella ocasión veía la fama que le había acarreado su victoria como algo positivo. Le ahorraba tiempo en presentaciones.
Lo que siguió a las palabras de Karamaru fue un súbito abatimiento. El Uchiha se cruzó de brazos con gesto reflexivo, tomándose unos momentos para pensar sus siguientes declaraciones.
—Un viaje de mil kilómetros comienza siempre con un sólo paso —enunció, alzando el dedo índice como un profesor—. Este es el Camino del Ninja, Karamaru-san. Sólo deben recorrerlos los que están dispuestos a darlo todo en la travesía. Y la única manera de seguir adelante es... ¡Entrenar! Entrenar, entrenar, entrenar y entrenar. El secreto es que no hay secreto. Entrenar.
Entonces el joven jōnin tuvo una idea.
—Yo mismo me dirigía hacia el Árbol Sagrado, he oído que allí suelen reunirse shinobi de Kusagakure no Sato para practicar. ¿Qué te parece si me acompañas?