27/08/2015, 19:22
El nombre de Blame fue dado con toda naturalidad, en cualquier otro caso, y bajo cualquier otra situación, el nombre no habría cambiado en absoluto. Era su reseña, su firma. Al igual que el se había puesto un nombre algo extraño, su antagonista no fue menos. Se dio a conocer como "Pino", curioso nombre. Éste, con una sonrisa entre diente, le ofreció al albino que observase la estructura, y descartó el pensamiento de que fuese arquitecto.
El albino pegó otro pequeño buche a su lata de té verde, y con parsimonia se acercó hasta la estructura. Eso sí, antes de llegar a tocarla siquiera, devolvió la sonrisa al chico.
—Todo un placer, señor Pino.—
Sin mas, con su zurda alcanzó a palpar la rugosa superficie de una de las planchas de madera mas bajas. Hizo por desestabilizarla un poco, mas esa madera parecía inamovible. Por alguna razón, pese a no tener un solo clavo, estaba aferrada a la estructura con un ahínco sobrehumano.
—Mmmm... ya veo a que te refieres.— Comentó mientras buscaba los orbes de Pino. —Es como si estuviese pegado, y eso que no tiene apenas clavos... como si alguien la hubiese hecho con alguna técnica o algo... mola. Aunque es curioso... alguien debe estar manteniendo la técnica. ¿No?—
No estaba afirmando con ésto que fuese el chico, de hecho, él había aparecido tras que el albino llegase, lo cual le descartaba. Tampoco era algo que hubiese hecho él, así que eso los descartaba a ambos.
"¿Será... que ha otra persona mas por aquí?"
Carente de demasiado conocimiento sobre el ninjutsu, la idea de que alguien debía mantener el gasto de chakra le inundó la mente. Sin demasiado preámbulo, echó un vistazo a su alrededor. Lamentablemente, por el lugar no parecía haber nadie mas salvo ellos.
—Jumph....—
El chico llevó su zurda hacia la barbilla, y acarició pensativo ésta con su índice y pulgar.
—¿Debe haber alguien por aquí escondido, no?— Preguntó a Pino.
El albino pegó otro pequeño buche a su lata de té verde, y con parsimonia se acercó hasta la estructura. Eso sí, antes de llegar a tocarla siquiera, devolvió la sonrisa al chico.
—Todo un placer, señor Pino.—
Sin mas, con su zurda alcanzó a palpar la rugosa superficie de una de las planchas de madera mas bajas. Hizo por desestabilizarla un poco, mas esa madera parecía inamovible. Por alguna razón, pese a no tener un solo clavo, estaba aferrada a la estructura con un ahínco sobrehumano.
—Mmmm... ya veo a que te refieres.— Comentó mientras buscaba los orbes de Pino. —Es como si estuviese pegado, y eso que no tiene apenas clavos... como si alguien la hubiese hecho con alguna técnica o algo... mola. Aunque es curioso... alguien debe estar manteniendo la técnica. ¿No?—
No estaba afirmando con ésto que fuese el chico, de hecho, él había aparecido tras que el albino llegase, lo cual le descartaba. Tampoco era algo que hubiese hecho él, así que eso los descartaba a ambos.
"¿Será... que ha otra persona mas por aquí?"
Carente de demasiado conocimiento sobre el ninjutsu, la idea de que alguien debía mantener el gasto de chakra le inundó la mente. Sin demasiado preámbulo, echó un vistazo a su alrededor. Lamentablemente, por el lugar no parecía haber nadie mas salvo ellos.
—Jumph....—
El chico llevó su zurda hacia la barbilla, y acarició pensativo ésta con su índice y pulgar.
—¿Debe haber alguien por aquí escondido, no?— Preguntó a Pino.