6/05/2018, 05:53
No, no se imaginaba que supiera a pollo. Podía ser carne, pero seguramente era dura y cartilaginosa. Sintió un nudo en la garganta que se enalteció cuando vio entrar a Hibagon desde la cocina improvisada, con el animal colgando en sus grandes manos como si de un peluche se tratase.
En la otra, sostenía un machete digno de su tamaño con el que podría arrancarle la cabeza a un elefante de un tajo. Kaido miró el filo de la cuchilla, luego al oso. Y finalmente a Hibagon.
—YO DEMOSTRAR. SEÑORES ENSEÑAR A HACER PIZZA. YO ENSEÑAR A PREPARAR OSO.
—Oye, Hibagon ... espera, no hace fal...
—PRIMERO, COGER CUCHILLO —Hibagon levantó el puñal y el escualo no pudo hacer más que renegar de la demostración culinaria. Quizás era que tenía el estómago revuelto, pero tuvo que apartar la mirada cuando el cuchillo se clavó de lleno en el animal—. LUEGO, CLAVAR CUCHILLO EN OSO.
¡SPLORCH! si el oso aún no estaba muerto, seguro que iba a sufrir.
—Vaya, es que eres ya todo un experto —comentó, jocoso—. quizás puedas abrir tu propio restaurante algún día, Hibagon. Piénsalo, podrías llamarlo ... no sé, "Delicias de Carámbano" o la ¡Abominable pizza de los Dojos jajaja!
jaja...
ja.
Sonrió nervioso mientras una gota de sudor le recorría la sien.
—Oye, no vayas a darme pam pam en el coco. Venga, hagamos esa pizza...
En la otra, sostenía un machete digno de su tamaño con el que podría arrancarle la cabeza a un elefante de un tajo. Kaido miró el filo de la cuchilla, luego al oso. Y finalmente a Hibagon.
—YO DEMOSTRAR. SEÑORES ENSEÑAR A HACER PIZZA. YO ENSEÑAR A PREPARAR OSO.
—Oye, Hibagon ... espera, no hace fal...
—PRIMERO, COGER CUCHILLO —Hibagon levantó el puñal y el escualo no pudo hacer más que renegar de la demostración culinaria. Quizás era que tenía el estómago revuelto, pero tuvo que apartar la mirada cuando el cuchillo se clavó de lleno en el animal—. LUEGO, CLAVAR CUCHILLO EN OSO.
¡SPLORCH! si el oso aún no estaba muerto, seguro que iba a sufrir.
—Vaya, es que eres ya todo un experto —comentó, jocoso—. quizás puedas abrir tu propio restaurante algún día, Hibagon. Piénsalo, podrías llamarlo ... no sé, "Delicias de Carámbano" o la ¡Abominable pizza de los Dojos jajaja!
jaja...
ja.
Sonrió nervioso mientras una gota de sudor le recorría la sien.
—Oye, no vayas a darme pam pam en el coco. Venga, hagamos esa pizza...