28/08/2015, 12:02
Después del trote que se habían pegado Nabi, Eri, y el perro Mike, siendo perseguidos por una jauría de perros que a saber de dónde habían salido, el Uchiha actuó rápido, de tal manera que entró en un callejón intentando evadir a todos los perros gracias a la dificultad en visión por la lluvia. Sin embargo unos de los que se habían quedado atrás entraron en el callejón, encontrándolos. Nabi cogió a la de cabellos azules y ambos, junto al can, llegaron a casa del rubio. Los perros intentaron entrar, pero al ver que les era imposible, comenzaron a ladrar.
-Pero... ¿Qué has hecho pequeña bola de pelo?- Dijo la de cabellos azules sacando al perro de entre sus ropas, cogiéndolo y poniéndolo a su altura. -Pero qué vas a hacer tú si eres la cosita más mona del mundo...- Eri abrazó al cachorro fuertemente, mientras el can solo podía chuparla.
''Quizás sí que debería quedármelo...''
Pensó mirando al perro, y en su debate interno miró a Nabi, que ya había dejado a la chica en el suelo, lo malo es que ambos y el perro estaban empapados, y la chica del grupo y el animal llenos de barro, así que la pequeña kunoichi del remolino miró a su compañero rubio con una mirada de auxilio.
-Nabi-kun... ¿Qué vamos a hacer?- Preguntó sin dejar que el perro cayese de entre sus brazos, no quería manchar el hogar de Nabi, luego miró por una de las ventanas mientras los perros seguían ladrando fuera, y divisó bastantes perros al rededor de la casa, mientras otros hacían patrulla por la calle. La lluvia había amainado un poco su intensidad, pero aún así llovía fuerte. ¿Qué podrían hacer?
''¿podríamos intentar distraerles con algo?''
Mike, por su parte, saltó de los brazos de Eri y se colocó delante de la puerta, comenzando a ladrar él también, sin embargo los ladridos de los perros que se encontraban fuera hacían al pobre cachorro quedarse atrás con sus intentos de ladrido agudos que salían por su boca. Eri siguió mirando por la ventana, ¿podría hacer un clon para tirarlo por la ventana y que se fuera hacia la dirección contraria que ellos? ¿Abriría la puerta y echaría su única técnica aprendida con su elemento? Al final terminaría descartando sus dos posibilidades, la primera porque desaparecería en nada, y la segunda porque no lograría impactar con más de seis perros en línea recta. Se mordió el labio, pensativa.
''Venga Eri, piensa, piensa...''
-¿Alguna idea, Nabi-kun? - Susurró.
-Pero... ¿Qué has hecho pequeña bola de pelo?- Dijo la de cabellos azules sacando al perro de entre sus ropas, cogiéndolo y poniéndolo a su altura. -Pero qué vas a hacer tú si eres la cosita más mona del mundo...- Eri abrazó al cachorro fuertemente, mientras el can solo podía chuparla.
''Quizás sí que debería quedármelo...''
Pensó mirando al perro, y en su debate interno miró a Nabi, que ya había dejado a la chica en el suelo, lo malo es que ambos y el perro estaban empapados, y la chica del grupo y el animal llenos de barro, así que la pequeña kunoichi del remolino miró a su compañero rubio con una mirada de auxilio.
-Nabi-kun... ¿Qué vamos a hacer?- Preguntó sin dejar que el perro cayese de entre sus brazos, no quería manchar el hogar de Nabi, luego miró por una de las ventanas mientras los perros seguían ladrando fuera, y divisó bastantes perros al rededor de la casa, mientras otros hacían patrulla por la calle. La lluvia había amainado un poco su intensidad, pero aún así llovía fuerte. ¿Qué podrían hacer?
''¿podríamos intentar distraerles con algo?''
Mike, por su parte, saltó de los brazos de Eri y se colocó delante de la puerta, comenzando a ladrar él también, sin embargo los ladridos de los perros que se encontraban fuera hacían al pobre cachorro quedarse atrás con sus intentos de ladrido agudos que salían por su boca. Eri siguió mirando por la ventana, ¿podría hacer un clon para tirarlo por la ventana y que se fuera hacia la dirección contraria que ellos? ¿Abriría la puerta y echaría su única técnica aprendida con su elemento? Al final terminaría descartando sus dos posibilidades, la primera porque desaparecería en nada, y la segunda porque no lograría impactar con más de seis perros en línea recta. Se mordió el labio, pensativa.
''Venga Eri, piensa, piensa...''
-¿Alguna idea, Nabi-kun? - Susurró.