8/05/2018, 21:58
(Última modificación: 8/05/2018, 21:58 por Inuzuka Nabi.)
La Uzumaki que tenía ante mí, parecía Eri, olía como Eri, pero desde luego no se comportaba como Eri. La kunoichi que normalmente iba por delante mio como una fuerza de la naturaleza como si fuese imparable e incuestionable ahora se paraba ante mi, titubeante y con el rostro más rojo que su cabellera. La primera conclusión obvia a la que llegó mi corta mente.
—Gr-gracias, tú también estás... muy bien...
—Esto... yo... Quería ir a la feria... Por eso venía a proponerte acompañarme... Ya sabes, como siempre estamos juntos...
— Eri-chan... ¿Estás bien?
Antes de que me contestara colé mi mano bajo su flequillo para tocar su frente, y estaba ardiendo.
— ¡Estás hirviendo! Creo, ¿quieres que vayamos al médico? O entremos de nuevo en casa a ver si tenemos algo de hielo.
—Gr-gracias, tú también estás... muy bien...
—Esto... yo... Quería ir a la feria... Por eso venía a proponerte acompañarme... Ya sabes, como siempre estamos juntos...
— Eri-chan... ¿Estás bien?
Antes de que me contestara colé mi mano bajo su flequillo para tocar su frente, y estaba ardiendo.
— ¡Estás hirviendo! Creo, ¿quieres que vayamos al médico? O entremos de nuevo en casa a ver si tenemos algo de hielo.
—Nabi—