28/08/2015, 21:13
La chica sonrió al escuchar las palabras del moreno, ya se encontraba mejor, cosa que reflejaba ya su rostro, que no se encontraba tan pálido como antes, aunque siempre llevaba un tono pálido anormal, no era tan enfermizo como el que había vestido minutos atrás.
-Debe ser por los dangos, ¿no te gustan? -Dijo la joven de cabellos azules que ya se había terminado su tercer dango y ahora jugaba con el palo que sujetaba los tres dulces mientras lo mecía en su boca. -¿Un mal recuerdo?- Preguntó, curiosa, siempre era lo mismo, su curiosidad estaba antes que cualquier otra cosa.
''Mierda...''
-Lo siento, quizás no debería preguntar...-Dijo, esta vez, intentando excusarse por la jugarreta que le había gastado su boca, hablando antes de pensar en qué poder decir. Buscó la manera para que Juro no se sintiese mal hablando con ella, ya que no quería intimidarle ni hacerle sentir mal, o cosas relacionadas con estar incómodo en una situación así.
Mientras pensaba, una flor, traicionera, cayó sobre el pelo del moreno, más concreto, en el lado derecho, dándole un toque más infantil al chico donde se había apoyado. Eri sonrió, ojalá pudiera enmarcar lo que estaba viendo en esos momentos. Entonces decidió hablar con Juro.
-Desde muy pequeña he vivido en un orfanato...-Comentó, aunque no le interesase en absoluto al chico que le acompañaba.-La única verdadera compañía que tuve siempre fue Nabi, Uchiha Nabi, ¿sabes quién es verdad? Luego de que se fuese, me quedé sola, hasta que varios años después me adoptó un señor muy amable, Genza se llamaba...
''Abuelo...''
La chica se quedó cabizbaja, cerró los ojos por un momento, intentando disipar los recuerdos que le habían vuelto a la cabeza después de tanto tiempo, entonces volvió a mirar a Juro, intentando en vano mostrar una sonrisa.
-Genza era como un padre para mí, pero le llamaba abuelo. Él me ayudó a intentar convertirme en un ninja, él era un ninja médico, así que yo quería ser como él... Pero murió, y yo volví a quedarme sola, de nuevo. - Explicó, sin embargo una pequeña y débil lágrima surcó su rostro. -Estar rodeado de gente y sentirte solo es algo normal. Pero... ¿Sabes qué? Al final logré ser ninja, como mi abuelo, y... Es más.-Prosiguió.-¡Os encontré a vosotros!
Una sonrisa se dibujó en su rostro, una sincera, de verdad.
-Mi mayor miedo es quedarme sola, por eso desde que me dieron esto.- Señaló su bandana.-He decidido cuidar y proteger a mis amigos, por eso no quiero que estés mal, Juro-chan.- Cogió ambas manos del chico que la acompañaba, con cariño. -Ese es mi sueño, el camino que he decidido.
''Por eso quiero que estés feliz.''
Al terminar su pequeño discurso, la chica posó sus labios en la bandana que adornaba la frente del chico, dejándole una pequeña manchita con la forma de un beso en ella.
-Debe ser por los dangos, ¿no te gustan? -Dijo la joven de cabellos azules que ya se había terminado su tercer dango y ahora jugaba con el palo que sujetaba los tres dulces mientras lo mecía en su boca. -¿Un mal recuerdo?- Preguntó, curiosa, siempre era lo mismo, su curiosidad estaba antes que cualquier otra cosa.
''Mierda...''
-Lo siento, quizás no debería preguntar...-Dijo, esta vez, intentando excusarse por la jugarreta que le había gastado su boca, hablando antes de pensar en qué poder decir. Buscó la manera para que Juro no se sintiese mal hablando con ella, ya que no quería intimidarle ni hacerle sentir mal, o cosas relacionadas con estar incómodo en una situación así.
Mientras pensaba, una flor, traicionera, cayó sobre el pelo del moreno, más concreto, en el lado derecho, dándole un toque más infantil al chico donde se había apoyado. Eri sonrió, ojalá pudiera enmarcar lo que estaba viendo en esos momentos. Entonces decidió hablar con Juro.
-Desde muy pequeña he vivido en un orfanato...-Comentó, aunque no le interesase en absoluto al chico que le acompañaba.-La única verdadera compañía que tuve siempre fue Nabi, Uchiha Nabi, ¿sabes quién es verdad? Luego de que se fuese, me quedé sola, hasta que varios años después me adoptó un señor muy amable, Genza se llamaba...
''Abuelo...''
La chica se quedó cabizbaja, cerró los ojos por un momento, intentando disipar los recuerdos que le habían vuelto a la cabeza después de tanto tiempo, entonces volvió a mirar a Juro, intentando en vano mostrar una sonrisa.
-Genza era como un padre para mí, pero le llamaba abuelo. Él me ayudó a intentar convertirme en un ninja, él era un ninja médico, así que yo quería ser como él... Pero murió, y yo volví a quedarme sola, de nuevo. - Explicó, sin embargo una pequeña y débil lágrima surcó su rostro. -Estar rodeado de gente y sentirte solo es algo normal. Pero... ¿Sabes qué? Al final logré ser ninja, como mi abuelo, y... Es más.-Prosiguió.-¡Os encontré a vosotros!
Una sonrisa se dibujó en su rostro, una sincera, de verdad.
-Mi mayor miedo es quedarme sola, por eso desde que me dieron esto.- Señaló su bandana.-He decidido cuidar y proteger a mis amigos, por eso no quiero que estés mal, Juro-chan.- Cogió ambas manos del chico que la acompañaba, con cariño. -Ese es mi sueño, el camino que he decidido.
''Por eso quiero que estés feliz.''
Al terminar su pequeño discurso, la chica posó sus labios en la bandana que adornaba la frente del chico, dejándole una pequeña manchita con la forma de un beso en ella.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)