9/05/2018, 19:58
«¡Que no te confunda su falsa dulzura!», se obligó a pensar, cuando Tome emitió una risa capaz de embelesar hasta el furioso Susano’o. De hecho, hasta había logrado hacer balbucear a Akame. Una empresa titánica, incluso había pensado que imposible hasta aquel momento.
Tras sus palabras, los dos shinobis acompañaron a la dama hasta el carruaje, donde pudieron apreciar la mano raquítica de Iekatsu asomando por la ventanilla. Allí todo era ostentoso, brillante y limpio. Tanto que dañaba a la vista. «Y a la decencia, comparándolo con lo que hay afuera. Suerte que no tenga tal cosa».
Había vítores, aplausos y gritos de emoción entre la gente allí congregada. ¿Sería lo mismo tras la muralla? ¿Les recibirían los pueblerinos con el mismo entusiasmo? Ellos, ¿que nadaban en la miseria más absoluta? ¿Les regalarían una sonrisa llena de polvo y carcomida por la pobreza? ¿Aplaudirían con sus huesudas manos? ¿Se desgañitarían con sus secas gargantas en vítores a favor de aquel que tan poco se había preocupado por ellos?
Datsue se moría de ganas por descubrirlo.
—Tanta pompa y ceremonia me pone malo...
—¿Eh? Oh, y a mí, y a mí —mintió. En realidad, era una mentira a medias. A él también le ponía malo… siempre y cuando no fuese él el que recibiese tanta pompa y ceremonia—. Oye, por cierto —bajó la voz hasta convertirla en un mero susurro, mientras seguían al carruaje y los sacerdotes por la calle—. Cuando dijo que era la dama de Iekatsu… ¿Crees que se refería a…? —meneó disimuladamente la cadera en un gesto tan característico como inconfundible, mientras balanceaba los brazos de adelante a atrás—. O sea… Ya sabes.
Tras sus palabras, los dos shinobis acompañaron a la dama hasta el carruaje, donde pudieron apreciar la mano raquítica de Iekatsu asomando por la ventanilla. Allí todo era ostentoso, brillante y limpio. Tanto que dañaba a la vista. «Y a la decencia, comparándolo con lo que hay afuera. Suerte que no tenga tal cosa».
Había vítores, aplausos y gritos de emoción entre la gente allí congregada. ¿Sería lo mismo tras la muralla? ¿Les recibirían los pueblerinos con el mismo entusiasmo? Ellos, ¿que nadaban en la miseria más absoluta? ¿Les regalarían una sonrisa llena de polvo y carcomida por la pobreza? ¿Aplaudirían con sus huesudas manos? ¿Se desgañitarían con sus secas gargantas en vítores a favor de aquel que tan poco se había preocupado por ellos?
Datsue se moría de ganas por descubrirlo.
—Tanta pompa y ceremonia me pone malo...
—¿Eh? Oh, y a mí, y a mí —mintió. En realidad, era una mentira a medias. A él también le ponía malo… siempre y cuando no fuese él el que recibiese tanta pompa y ceremonia—. Oye, por cierto —bajó la voz hasta convertirla en un mero susurro, mientras seguían al carruaje y los sacerdotes por la calle—. Cuando dijo que era la dama de Iekatsu… ¿Crees que se refería a…? —meneó disimuladamente la cadera en un gesto tan característico como inconfundible, mientras balanceaba los brazos de adelante a atrás—. O sea… Ya sabes.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado