10/05/2018, 15:24
Datsue emitió un suspiro explosivo, apenas conteniendo la risa, al oír la metáfora empleada por su Hermano para referirse al sexo.
—Sí —dijo, quitándose una lágrima de los ojos—, yo tampoco creo que esté para esos trotes. Y no, yo tampoco me fio de ella. —Desde el momento en que le había hecho una encerrona para enfrentarse al reo, supo que aquella mujer era una manipuladora de campeonato. Aunque su Hermano… Su Hermano la había calado incluso desde antes. Recordó la tensión en torno a su boca al verla por primera vez, y el exabrupto que había soltado—. Pero tú la calaste desde el primer momento. ¿Qué viste en ella, Her… compadre? —se corrigió a tiempo.
Mientras tanto, tanto ellos como el carruaje y su séquito seguían su avance de forma inexorable. Tras cruzar el puente que separaba a ricos de pobres, a privilegiados de los que simplemente habían tenido la mala suerte de nacer al otro lado, fueron rápidamente rodeados por la muchedumbre. Para su sorpresa, la gran mayoría les gritaban salves, les hacían el pasillo e incluso lanzaban algún que otro ramo de flores.
«No sé ni por qué me sorprendo». En un mundo cuerdo ellos serían los villanos. Los opresores. Pero no vivían en un mundo cuerdo, sino en Oonindo, la vida real. Y allí, por irónico que fuese, Iekatsu y sus hombres eran los héroes. Las leyendas vivas que, en un gesto de generosidad y magnanimidad, regalaba con su presencia a aquellos pobres plebeyos.
Suspiró.
—Oye —murmuró, tapándose la boca con la mano en una medida preventiva—, según el mapa… ¿A cuánto crees que estamos de la primera parada? —El santuario en el que Makoto Masaru estaba refugiado, según el hijo mediano de Iekatsu. Por mucho que lo hubiese pensado a la noche, todavía no había encontrado una manera óptima de acabar con él. Lo ideal hubiese sido un veneno, claro. Algo que no dejase huellas ni rastro, ni les relacionase con ellos. Por desgracia, ni él ni su Hermano contaban con nada parecido. Si no se les ocurría nada mejor, no les quedaría más remedio que usar el acero. Y eso era…
… un problema.
—Sí —dijo, quitándose una lágrima de los ojos—, yo tampoco creo que esté para esos trotes. Y no, yo tampoco me fio de ella. —Desde el momento en que le había hecho una encerrona para enfrentarse al reo, supo que aquella mujer era una manipuladora de campeonato. Aunque su Hermano… Su Hermano la había calado incluso desde antes. Recordó la tensión en torno a su boca al verla por primera vez, y el exabrupto que había soltado—. Pero tú la calaste desde el primer momento. ¿Qué viste en ella, Her… compadre? —se corrigió a tiempo.
Mientras tanto, tanto ellos como el carruaje y su séquito seguían su avance de forma inexorable. Tras cruzar el puente que separaba a ricos de pobres, a privilegiados de los que simplemente habían tenido la mala suerte de nacer al otro lado, fueron rápidamente rodeados por la muchedumbre. Para su sorpresa, la gran mayoría les gritaban salves, les hacían el pasillo e incluso lanzaban algún que otro ramo de flores.
«No sé ni por qué me sorprendo». En un mundo cuerdo ellos serían los villanos. Los opresores. Pero no vivían en un mundo cuerdo, sino en Oonindo, la vida real. Y allí, por irónico que fuese, Iekatsu y sus hombres eran los héroes. Las leyendas vivas que, en un gesto de generosidad y magnanimidad, regalaba con su presencia a aquellos pobres plebeyos.
Suspiró.
—Oye —murmuró, tapándose la boca con la mano en una medida preventiva—, según el mapa… ¿A cuánto crees que estamos de la primera parada? —El santuario en el que Makoto Masaru estaba refugiado, según el hijo mediano de Iekatsu. Por mucho que lo hubiese pensado a la noche, todavía no había encontrado una manera óptima de acabar con él. Lo ideal hubiese sido un veneno, claro. Algo que no dejase huellas ni rastro, ni les relacionase con ellos. Por desgracia, ni él ni su Hermano contaban con nada parecido. Si no se les ocurría nada mejor, no les quedaría más remedio que usar el acero. Y eso era…
… un problema.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado