10/05/2018, 16:17
Daruu se dio la vuelta y recorrió a Datsue con la mirada, despacio. Tenía un aspecto verdaderamente desaliñado. Era como si le hubieran acabado de dar una paliza. Las ojeras, negras como el carbón, le llegaban casi a la altura de las mejillas.
—Wow, sí que te ha pegado la resaca fuerte, ¿no? —rio Daruu—. Bueno, vámonos. Venga, sube al pájaro.
Daruu rodeó su ave y se sentó encima. El animal tomó el vuelo lentamente hasta quedar a media altura, esperando al de Datsue. Una vez se colocase él también, ambos ascenderían alejándose de la isla en diagonal.
Daruu echó una última mirada hacia atrás.
—Ha sido una mierda todo, ¿eh? Al fin volveremos a Oonindo.
—Wow, sí que te ha pegado la resaca fuerte, ¿no? —rio Daruu—. Bueno, vámonos. Venga, sube al pájaro.
Daruu rodeó su ave y se sentó encima. El animal tomó el vuelo lentamente hasta quedar a media altura, esperando al de Datsue. Una vez se colocase él también, ambos ascenderían alejándose de la isla en diagonal.
Daruu echó una última mirada hacia atrás.
—Ha sido una mierda todo, ¿eh? Al fin volveremos a Oonindo.